En Zapopan existe un presidente municipal, Jesús Pablo Lemus Navarro, que en su ambición por ser candidato en 2021 y 2024 está dispuesto a mandar “al diablo a las instituciones” y a violentar la ley que juró cumplir y hacer cumplir cuando asumió el cargo por segunda ocasión, bajo el argumento de defender el medio ambiente y la zona de El Bajío.

Ayer, en una más de sus “revolcadas” verbales e histriónicas a las que suele recurrir cuando quiere ganarse los mejores espacios en los medios de comunicación, nuevamente volvió a “rasgarse las vestiduras” y poco faltó para amenazar con lanzarse desde el último piso del edificio de Concentro envuelto en el Lábaro Patrio antes que cumplir con el mandato de los tribunales en torno al caso de la Villa Panamericana.

Ante la orden de la Segunda Sala del Tribunal de Justicia Administrativa, mediante medidas cautelares, para que el Ayuntamiento de Zapopan “inspeccionen si las obras de urbanización ‘Villa Panamericana’ fueron realizadas conforme el proyecto autorizado para la debida recepción de las obras, en los términos de los artículos 299 ny 300 del Código Urbano del Eestado de Jalisco”, el munícipe Lemus Navarro salió ayer ante los medios a ofrecer una más de sus actuaciones en la farsa que montó en torno a este tema, y declaró:

“Así nos llegue una suspensión o 50 suspensiones para la Villa Panamericana, no voy a otorgar los permisos de habitabilidad para la Villa. Pueden tramitar amparos, suspensiones, lo único que voy a hacer es guardarlas en un cajón; es decir, cargo omiso de estos ordenamientos judiciales…”.

Y en el éxtasis del dramatismo, Jesús Pablo se “tiró al piso” y exclamó:

“Prefiero que me quiten de mi puesto, de mi trabajo, a otorgar los permisos y atentar contra el medio ambiente de Zapopan”. Y luego remató su actuación asegurando que antes cae en la cárcel por desacato que dar el permiso de habitabilidad (de la Villa Panamericana).

¿Por qué como presidente de la Coparmex en 2010, Jesús Pablo Lemus avaló y promovió que la Villa Panamericana se construyera en El Bajío y como si fuese empleado del otrora todopoderoso Mario Vázquez Raña, entonces presidente de la Odepa, estuvo al pendiente de que la construcción del complejo se efectuara en tiempo y forma y le reportó cada 15 días al empresario el estado que guardaban las obras?

Reitero: ¿Por qué cuando avaló y promovió como presidente de la Coparmex que la Villa Panamericana se construyera en El Bajío, no se preocupó ni le interesó el daño ambiental que provocaría dicha edificación? ¿Por qué como presidente de la Coparmex y vicepresidente del Comité de Infraestructura de la Villa Panamericana no salió a “rasgarse las vestiduras” y se opuso a su construcción, cuando voces de ambientalistas, ecologistas, especialistas y expertos en el tema se levantaban en contra de que ese inmueble se instalara ahí?

Quizás en 2010 la ambición política no cegaba a Jesús Pablo Lemus como hoy lo hace al grado de mostrar una doble cara a los zapopanos y habitantes de la zona metropolitana, recurriendo a la mentira -tan característica en él-, a las medias verdades y a colocarse en el sentido que soplan los vientos políticos según sus intereses particulares.

En este tema de la Villa Panamericana, no puede haber postura más hipócrita que falta el respeto a la inteligencia de los zapopanos y demás habitantes de la zona metropolitana, que la del munícipe Jesús Pablo Lemus Navarro, quien en 2010 fue corresponsable de que la Villa Panamericana se construyera en El Bajío, con conocimiento de que al finalizar la justa deportiva sería utilizada como vivienda, al ser quien verificó que se realizara en tiempo y forma y que ahora se presente como un férreo defensor de esa zona.

Insisto: No soy yo quien lo califica de “soberano mentiroso” sino sus propios aliados.