Al reasumir su cargo como presidente municipal de Zapopan, luego de vencida la licencia que solicitó para buscar la reelección, Jesús Pablo Lemus Navarro se encontró con la sorpresa de que la Auditoría Superior del Estado, ahora bajo la titularidad de Jorge Alejandro Ortiz Ramírez, le impuso cargos por casi 33 millones de pesos en su Cuenta Pública 2016.

Ahora Lemus Navarro no salió ante los medios de comunicación a vociferar que dichos cargos eran una venganza del auditor Ortiz Ramírez, como sí lo hizo en mayo de 2017 cuando se reveló que la ASEJ le aplicó cargos por mil 282 millones de pesos por su Cuenta Pública del 2015 y acusó que era venganza del ex auditor Alonso Godoy Pelayo quien había dejado el cargo en diciembre de 2016 y la auditora era María Teresa Arellano Padilla.

En esta ocasión, Lemus Navarro recurrió a una estrategia menos estruendosa, pero que logró que los medios de comunicación inocentemente “mordieran el anzuelo” y dieran amplios espacios a su propuesta de que la Villa Panamericana fuera sede del Conacyt, cuando la misma la había planteado en junio pasado sin que nadie la tomara en cuenta.

Con ello, Jesús Pablo levantó una “cortina de humo” para que pasara desapercibido ese nuevo cargo millonario que le impùso la ASEJ al no haber solventado las observaciones que le hizo, y logró desviar la atención de propios y extraños que ingenuamente se “clavaron” en la discusión sobre si el Conacyt debería o no ser trasladado a Zapopan. Incluso, hasta se tomó la fotografía con Alfonso Romo, futuro jefe de gabinete de López Obrador, y según su dicho el empresario regiomontano se mostró interesado en su propuesta.

En su momento, advertí que el tema Villa Panamericana-Conacyt no era sino esa “cortina de humo” creada por Lemus Navarro para ocultar que no logró aclarar casi 33 millones de pesos, resultado de la auditoría que se le aplicó a su gobierno en 2016.

Pasado ya casi un mes de haberse sacado de la “chistera” ese tema y, al parecer, haber logrado su objetivo, Jesús Pablo Lemus desechó ahora este asunto de traer al Conacyt a la Villa Panamericana y lo deja no en manos del próximo gobierno federal que es quien tiene la última palabra, sino en quien ya va de salida y está por concluir su gestión: Magdalena Ruiz Mejía, titular de la secretaría estatal del Medio Ambiente (Semadet).

Y Magdalena… “cayó” en el juego.

El domingo pasado, Lemus Navarro declaró: “Que Semadet defina uso de villas panamericanas (…). Que nos diga entre las tres opciones que tenemos el día de hoy disponibles, es decir, que la Villa Panamericana se convierta en vivienda o que se derrumbe o sea la sede del Conacyt…”.

Y Ruiz Mejía aparece ante los medios anteayer para dar a conocer un estudio de hace tres años, del 2015, en el que se recomiendan las medidas ambientales a tomar para que el complejo pueda ser utilizado, aunque enfrenta problemas legales.

¿Por qué si tenía tanto interés en que el Conacyt se instalara en la Villa Panamericana, de repente Lemus Navarro le pasa “la bolita” a quien no tiene ninguna ingerencia ni capacidad de decisión sobre este asunto?

Sencillo: porque el alcalde de Zapopan sabe de la inviabilidad de su propuesta y porque ya logró su objetivo principal: que los medios de comunicación no dieran seguimiento, y mucho menos lo cuestionaran, sobre los casi 33 millones de pesos que no logró aclarar de su Cuenta Pública 2016.

Pero, ¿logrará sortear este nuevo conflicto que demuestra que su administración no ha sido muy eficiente en el manejo de los recursos públicos, como ya quedó demostrado con los mil 282 millones de pesos que no logró aclarar de su Cuenta Pública del 2015?

Al tiempo…