Alfonso Javier Márquez

Hasta hoy – a casi cuatro meses de que inició laparte mas intensa del conflicto- no he encontrado una persona que opine que la guerra interna de la Universidad de Guadalajara la vaya a ganar el bando de Carlos Briseño Torres. Por el contrario, cada día es mayor la tendencia de opinión en el sentido de que están contados los días del actual rector al frente de la casa de estudios.

Incluso Briseño ha tratado por todas las vía legales de iniciar un juicio de amparo contra la destitución y es lo mas probable que llegará amparado a la sesión del Consejo General Universitario para trata de evitar su destitución como rector de la casa de estudios. Lo cual seguramente no ocurrirá este 27 de agosto como se había convocado.

Con lo ocurrido la mañana de este lunes, con las declaraciones directas de Briseño contra Raúl Padilla López, quienes lo quieren fuera se radicalizaron en sus posturas.

Los días previos se han visto desplegados de diferentes sectores y centros universitarios de la cada de estudios. La intención es configurar la “falta grave” que se necesita para destituirlo; la falta grave puede ser la misma ingobernabilidad que él propio Briseño ha generado y la quieren dejar clara con las inserciones en los diarios.

Todo indica que el plan del 90 por ciento de los consejeros universitarios que están contra el rector, será llegar a la sesión del próximo Consejo General con el acuerdo de destituirlo por mayoría y de un solo golpe para frenar esta situación de una vez por todas.

No se discutirá el presupuesto ampliado 2008 al que tantas vueltas le está dando el rector; el punto único en la agenda podría ser la resolución de la comisión de responsabilidades contra el rector. No existe un solo gremio en la universidad, que no sea el cercano a la rectoría general, que no tenga una queja contra Carlos Briseño. La conjunción de los señalamientos oficiales, y mas allá, las solicitudes de  destitución cada sector, como el Sindicato de Académicos que ya se manifestó contra él, o la Federación de Estudiantes Universitarios, que lo hizo desde el principio o bien cualquiera de los centros universitarios, conformarán un cúmulo insostenible de quejas y señalamientos contra Carlos Briseño que configurarán la causa para la destitución.

Le duró poco el gusto a quien cambió en menos de un año de fiel siervo del sistema a detractor del mismo. Hay quienes aseguran que de esta semana no pasa.