Por Julio César Hernández

¿De qué hay que hablar hoy? ¿Qué temas en la agenda pública hay que analizar, comentar o discutir? ¿Del pleito entre el Ejecutivo y Legislativo por un financiamiento a los partidos políticos exagerado y por una controversia constitucional rechazada? ¿Del pleito interno en la Universidad de Guadalajara, que llegó a su éxtasis con el rompimiento del rector general Carlos Briseño Torres con su antecesor Raúl Padilla López?

¿De la “Operación Camaleón” que se puso al descubierto en Guadalajara con militantes priistas que al mismo tiempo están afiliados al Partido Acción Nacional? ¿Del futuro de los consejeros electorales?

¿De los secuestros y lamentables asesinatos de familiares de hombres de fama pública en el país, como el empresario Alejandro Martí o el ex dirigente deportivo Nelson Vargas? ¿Del proyecto de la Secretaría de la Defensa Nacional en contra de la inseguridad pública, que incluye la pena de muerte para los elementos de seguridad que se alíen con los grupos de la delincuencia organizada?

¿De la multitudinaria marcha que se organiza para el próximo sábado 30 en repudio a la violencia e inseguridad en las calles del país?


¿De la discusión que se abrió en la Suprema Corte de Justicia sobre el juicio de la despenalización del aborto en el Distrito Federal?


¿De que por primera vez en la historia del país la Conferencia del Episcopado Mexicano utiliza la televisión para enviar un mensaje al país en defensa de la vida y en contra del aborto?

¿De la clausura de los Juegos Olímpicos y de lo que muchos consideran fue el fracaso de la delegación mexicana en esta justa deportiva? ¿De la entrada en vigor del reglamento que prohíbe, en todo el país, que se fume en lugares cerrados? ¿De la entrada en vigor en Jalisco del reglamento que obliga a separar la basura? ¿De qué se habla hoy en México y en Jalisco?

¿Qué es lo que realmente le interesa a los jaliscienses en general y a los habitantes de la zona metropolitana en particular?

Podríamos decir que, de entrada, el conflicto interno en la Universidad de Guadalajara, no sólo por ser un asunto que sienten más cercano, sino por las afectaciones que pudiera acarrear al estudiantado si las cosas se salen de control.


Es posible que el tema de la inseguridad no nos preocupa o interesa en tanto no seamos víctimas de ella, pero bastó el secuestro y asesinato de un menor para mover al país y a las autoridades a atender este asunto.


Y, sin embargo, aquí andamos preocupados por los efectos del reglamento antitabaco, que es cierto que es un problema de salud pública.


Por eso, ¿de qué hablamos hoy?