Pues sí fue un “montaje”…

En torno al asunto del presupuesto constitucional para la Universidad de Guadalajara que la mayoría legislativa se negó a aprobar en su pasada sesión -como lo aseguraron varios diputados que se había acordado-, resulta que no hubo nada de aquello que comentó el gobernador Enrique Alfaro Ramírez en el “Diálogo en el Paraninfo” -cuyo contenido amerita un análisis-, en el sentido de que “lo que no se vale es que haya quien intente darle un manoseo político a esto y que quieran sacar raja y meter planteamiento a la agenda electoral…”.

El Mandatario estatal dejó la declaración en el aire; el rector general Ricardo Villanueva Lomelí no se dio por aludido ni volteó a ver a nadie; y los coordinadores y coordinadoras de las diversas fracciones parlamentarias en el Congreso del Estado ignoraron el señalamiento o tuvieron miedo de apuntar con nombre y apellido quién es quien pretendió “manosear” políticamente y sacar “rejas” electoral del tema, porque el gobernador Alfaro habló en presente, criticó y condenó que “haya quien intente”; no supuso ni especuló, pero no dijo más.

Respecto a la no presentación, análisis y aprobación del dictamen ya aprobado por la Comisión de Puntos Constitucionales del presupuesto constitucional nadie sabe nada. Ahora todo mundo ignora por qué se “frenó”, aunque algunos sospechan que fue un amago del Ejecutivo para obligar a la Universidad de Guadalajara a desistirse de todos los juicios que hubiese emprendido en contra del Gobierno del Estado por motivos de dinero, como los 140 millones de pesos que les quitó para el Museo de Ciencias Ambientales. Y si así fue, pues lo logró.

Pero de acuerdo a lo dicho, hecho y visto, se “montó” toda una historia que resultó ficticia, quizás también con tintes de protagonismo -con la anuencia o no del rector Villanueva-, por parte del Ejecutivo, haciendo creer que se pretendía “descarrilar” el proceso de aprobación y que tuvo que aparecer el gobernador Alfaro como el “gran salvador”. Porque reitero: Ningún coordinador de las fracciones legislativas ni mucho menos dirigente alguno de los partidos representados en el Congreso o personaje político alguno, declaró nunca nada en contra del presupuesto constitucional que pusiera en riesgo su aprobación en el Congreso del Estado.

¿Habrá sido, acaso, como consecuencia de esa soledad que comienza a sentirse en Casa Jalisco cuando el poder empieza a esfumarse poco a poco y el cual queda reducido casi a nada cuando arrancan las campañas y la atención está ahora en quienes contienden por llegar a la gubernatura? ¿Será porque poco a poco la “pasarela” de quienes querían quedar bien o congraciarse con el gobernante cada vez es menor, porque ahora hay que reportarse en una casa de campaña y ya no en la casa de gobierno?

He preguntado a varios actores legislativos qué impidió la aprobación en el pleno del dictamen en la pasada sesión y nadie sabe la razón. Simplemente tratan de excusarse porque quizás no sepan qué decir ni quieren quedar evidenciados de que solo acataban una orden que salió del Ejecutivo, como si eso fuera nuevo o asustara a alguien, cuando simplemente fue la constante de la actual Legislatura como ha sido de todas las anteriores con este y los demás gobernantes en turno.

Y tan fue un “montaje” con tintes teatrales, que en el mismo Palacio Legislativo primero, y fuera de él, después, lo único que se han escuchado son aplausos para todos los “actores”.

Es cierto, es indiscutible que esta decisión beneficia a los estudiantes jaliscienses, en teoría, porque ahora hay que ver que los próximos rectores de la UdeG no batallen para que la Legislatura en turno cumpla con lo que quedará establecido en la Constitución, como ha batallado la Universidad de Puebla, entidad donde ya está en la Constitución este presupuesto.

¡Aplausos, pues!