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Julio César Hernández
“Me van a extrañar y otros me van a llorar”, refiere Cristina Díaz en su nota del periódico “Público” sobre la última rueda de prensa que ofreció Javier Gutiérrez Treviño como cordinador del Consejo de Cámaras Industriales, luego de presidir también la última sesión ordinaria del organismo, antes de entregarle la estafeta a Manuel Herrera Vega el próximo miércoles 24.
Gutiérrez Treviño, quien estuvo tres años al frente del organismo de industriales, fue quizás el dirigente más polémico de los últimos años que ha tenido el Consejo de Cámaras, no sólo por las declaraciones que hizo a los medios sino por las posturas asumidas también frente a las autoridades estatales.
Aquella declaración polémica de que estaba dispuesto a echarse un “buche” de agua del río Santiago para demostrar que nadie se moría por ello, le ganó el mote de “El Buches”, calificativo al que siempre consideró irrespetuoso pero nunca se quejó de ello públicamente.
En cuanto a su postura frente al gobierno estatal, particularmente, fue de “bandazos”, pues primero se le identificó como uno de los más fervientes defensores del gobernador Emilio González Márquez -al grado de que se le consideró que aspiraba a ser el titular de la Secretaría de Promoción Económica-, aunque posteriormente asumió una actitud cada vez más crítica no sólo hacia el gobierno estatal sino también hacia los gobiernos panistas municipales.
Así, pues, será cuestión de tiempo para ver quién extraña a Gutiérrez Treviño y, lo que es más, quién le llorará.
Y este cambio de postura coincidió con el hecho de que su hermano Mario, ex presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, fue postulado como candidato del PRI a una regiduría en Guadalajara. A partir de entonces Javier Gutiérrez alzó su voz para criticar a los gobiernos del blanquiazul.,