Una de las muchas mantas o pancartas que dieron la bienvenida a los panistas en su pasado Consejo Nacional en la explanada del Poliforum allá en la ciudad de León, Guanajuato, rezaba: “Nava, consejero. Germán, presidente”.
Pocas horas después, tras la votación para elegir a los 150 consejeros nacionales, César Nava, secretario particular del presidente Felipe Calderón Hinojosa, obtuvo la mayor votación que le dio el primer lugar entre los elegidos, seguido por otro secretario particular, pero éste del gobernador Emilio González Márquez, el ex dirigente panista Antonio Gloria Morales.
Tras ese resultado, no pocos panistas y menos medios de comunicación en sus crónicas, colocaron a Nava en la antesala de la candidatura a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, en sustitución de Manuel Espino Barrientes, a quien prácticamente descartan para que busque la reelección pero que bien podría colocar como candidato de su corriente a alguno de sus más cercanos colaboradores, como podría ser el ex secretario de gobernación y hoy secretario general adjunto del CEN, Carlos Abascal Carranza.
Sin embargo, hay por ahí algunos panistas que aclaran que nadie debe de equivocarse e irse con la “finta”, porque el candidato del equipo calderonista será el actual secretario de la Función Pública, Germán Martínez Cázares.
Resulta difícil creer que alguna vez el presidente Calderón pensó en Nava para contender por la dirigencia del PAN, cuando Martínez Cázares se ha preparado para ello desde hace casi tres años cuando todo indicaba que él sería el contendiente de Manuel Espino, pero por cuestiones estratégicas del calderonismo le dejó el camino libre a Carlos Medina Plascencia, quien perdió ante Espino.
Hay quienes plantean la fórmula de que si Calderón requiere de un hombre de mano suave, ahí tiene cerca, en la oficina anexa, en la secretaría particular, a César Nava, a quien consideran que se ganó a pulso su oportunidad de ser postulado por la gran cantidad de votos que obtuvo en la asamblea. Pero que si lo necesario es una mano más firme, ahí está a quien han denominado como el “clon” del finado Carlos Castillo Peraza.
Sin embargo, hay que advertir que una cosa es que la mayoría de los delegados panistas querían a Nava como consejero y otra que lo quieran como dirigente nacional. Además, para ser candidato a la dirigencia no es requisito ser consejero, de ahí que Germán Martínez se mantiene como el candidato más firme.
Además, habría que preguntarse por qué Martínez Cázares no se registró o jugó a ser candidato a consejero nacional, respuesta que resulta fácil de encontrar: simple y sencillamente porque la estrategia manda no exponerlo, cuidarlo y reservarlo, para que llegue con toda la fuerza a marzo de 2008.
Por eso no hay que ignorar el texto de aquella manta en la que se leía: “Nava, consejero. Germán, presidente”.