En su carta de renuncia como secretario de Gobernación, dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, Adán Augusto López Hernández escribió:
“En política hay instrucciones, pero no un manual de instrucciones, y nos tuvimos que adaptar a las necesidades del momento. Muchos aprendimos a ser militantes de base, dirigentes partidistas, diputados, senadores, delegados, activistas, juristas, comunicadores, y porqué no, hasta gobernadores y secretarios. El propósito de ponerle valor a la confianza que usted y el pueblo de México habían depositado en nosotros.
“En todos estos años, aprendí que el valor de una instrucción no es su precisión ni su tono ni su complejidad, sino algo más evidente: sus consecuencias. Y hoy, yo soy un poco más que una consecuencia de la lucha que usted encabeza y que encabezó por décadas. Un ayudante del campo del sol, como diría Pellicer.
“No se lo niego: la estima, el respeto y la admiración que siento por usted, hace complejo para mí solicitarle que acepte mi renuncia al frente de la Secretaría de Gobernación (…). Yo prefiero pedirle que si está en su agrado, me releve de este cargo para así atender con la tenacidad, los valores y el compromiso histórico que usted sembró, el encargo de profundizar la cuarta transformación de la vida pública nacional…”.
Mientras al interior de Morena se atestigua un enfrentamiento entre Marcelo Ebrard Casaubon y Claudia Sheinbaum Pardo, creyéndose como si fuesen los únicos contendientes por la candidatura presidencial, el tabasqueño López Hernández prácticamente ha seguido “al pie de la letra” el manual no escrito de lo que deben de hacer quienes se registraron como aspirantes a encabezar el Comité de Defensa de la Cuarta Transformación, como se le ha denominado al paso previo a oficializar la candidatura presidencial. Ese fue el compromiso que asumieron los cuatro aspirantes de Morena; el del PT, Gerardo Fernández Noroña; y el del Verde Ecologista, Manuel Velasco. El único que lo ha cumplido a cabalidad es Adán Augusto.
López Hernández le dijo a López Obrador en su carta de renuncia que “en política hay instrucciones, pero no un manual de instrucciones”. Y él, Adán Augusto, ahí está cumpliendo el “guión” que la 4T estableció para quienes el presidente de la República denominó como sus “corcholatas”. El ex titular de Gobernación agregó en su texto: “El valor de una instrucción no es su precisión ni su tono ni su complejidad, sino algo más evidente: sus consecuencias…”.
Y a las consecuencias de buscar ser quien profundice la cuarta transformación en la vida nacional, le apuesta Adán Augusto, que es lograr ganar la encuesta que lo convierta en el coordinador por la defensa de la 4T y, en consecuencia, el candidato presidencial.
En estos días estará sumando alrededor de 160 asambleas informativas, con las cuatro que encabezará hoy aquí en Jalisco y la que presidió el viernes en Encarnación de Díaz (“La Chona”). Ni Claudia, ni Marcelo, ni Gerardo y ni Manuel han efectuado tal cantidad de asambleas, que fue la “instrucción” central que les encomendó su partido Morena. El que más se le acerca ha efectuado quizás la mitad de las de Adán Augusto.
Adán Augusto López Hernández refiere que “en política hay instrucciones, pero no un manual de instrucciones”, y él, a diferencia de los demás aspirantes, no ha hecho otra cosa que cumplir con las instrucciones que rigen la contienda interna: realizar asambleas informativas, apegarse a la legalidad, no hacer uso de recursos públicos y no descalificar al resto de los contendientes.
Y es que López Hernández, pues, le apuesta a “las consecuencias” de éstas instrucciones: Ser el coordinador de defensa de la 4T y, en consecuencia, el candidato de Morena a la presidencia de la República.