Por Hugo Luna

El comportamiento económico de la industria nacional muestra el reto que, lamentablemente, los futuros gobernantes no han observado.

La crisis no apacigua, pero los esfuerzos están concentrados en los forcejeos electorales, con la inseguridad como agenda fijada por Acción Nacional.

Las economías occidentales decidieron universalizar servicios públicos, como educación, salud, seguridad social, bajo el concepto de Estado de Bienestar. Se trata de una idea que puede discutirse, pero que si se decide aceptar implica incrementar muy significativamente el gasto del gobierno.

Si no contáramos con el petróleo, no podríamos mantener el nivel de gasto público que tenemos. Y como el petróleo no va a durar mucho, va a ser necesario decidir qué hacemos, ¿reducimos el gasto? ¿O incrementamos los impuestos? Al final los próximos presidentes municipales y sus respectivos cabildos decidirán.

Lo primero implicaría reducciones muy fuertes en los presupuestos municipales en los servicios públicos.

Así que no hay más alternativas, como nunca las hubo: o pagamos más impuestos, o tendremos una sociedad todavía peor que la actual… ¿qué hacemos? ¿Qué impuestos cobramos y a quién? ¿Cómo empezamos a cambiar esto?

Ya será después del 5 de julio cuando empiecen a preocuparse.

Ojalá y estén a tiempo.