Por Julio César Hernández
Durante su campaña por la gubernatura, ante el entonces también candidato a la presidencia de la República, Felipe Calderón Hinojosa, Emilio González Márquez declaró a los reporteros que el era “El Peje” jalisciense. Entonces como candidato y hoy como gobernante, con sus dichos y sus hechos, el Ejecutivo confirma su autodefinición de aquella ocasión.
Pero esa similitud va más allá.
En su momento, ya como candidato presidencia derrotado, Andrés Manuel López Obrador mandía “al diablo las instituciones”.
Hoy, González Márquez hace el caso al llamado de “El Peje” tabasqueño: mandó al diablo a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Y es que luego de que esta Comisión emitió la recomendación 14/2008 sobre el contenido del discurso que emitió el 23 de abril durante el Banquete del Hambre -donde les mentó la madre a todos sus críticos-, y recomendarle que emita un comunicado a los medios de comunicación, con copia al Congreso del Estado, “en el que reitere su disculpa por la mención ofensiva de la figura materna”, González Márquez hizo acopio de toda su soberbia -como en aquel discurso- y dijo que nadie tenía por qué decirle lo que hacía mal.
Señaló que él, con toda humildad -cosa que debió de haberle costado mucho trabajo-, ya se había disculpado.
¿Deveras nadie puede decirle al Gobernador de Jalisco lo que hace mal? ¿Deveras nadie tiene que decírselo?
En fin, genio y figura hasta la sepultura, Emilio González decide mandar “al diablo a las instituciones”.