¿Qué ganaron Jalisco y los jaliscienses con aquella escena del jueves 22 de noviembre de 2018 en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres donde rodeado de representantes de las “fuerzas vivas” del estado el entonces gobernador electo, Enrique Alfaro Ramírez, reclamó al también presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, respeto a la autonomía y soberanía del estado, y le exigió tomar en cuenta los proyectos que se le plantearon y destinar recursos en el presupuesto del 2019 para su ejecución?

¿Qué ganaron Jalisco y los jaliscienses cuando aquel 16 de diciembre del 2018, ya como gobernador en funciones, Alfaro Ramírez ufano declaró que “en Jalisco la palabra empeñada vale; vamos a ver si para el gobierno de la República también” y le advirtió a López Obrador: “Nosotros seguiremos de pie y de frente, exigiendo un presupuesto federal que no ignore ni les falle a las y los jaliscienses”?

¿Qué ganaron Jalisco y los jaliscienses cuando el tres de enero de 2019 anunció que solicitó un estudio pana analizar el impacto que tendría salir del Convenio de Coordinación Fiscal y aseguró que “no es un amago, es un justo reclamo a la federación de decirle: tenemos que revisar esto; nos están dando un trato injusto”?

La respuesta a las tres preguntas anteriores es categórica: Nada.

En cambio, Jalisco y los jaliscienses -lo he referido de manera insistente en Marcatextos- han perdido mucho por la actitud de confrontación que el gobernador ha asumido frente al gobierno federal y, concretamente, ante el presidente López Obrador, desde antes de que asumiera la gubernatura.

El evento en la Rotonda de noviembre del 2018 marcó el rumbo de la relación de Andrés Manuel con Jalisco y, particularmente, con su gobernador Enrique Alfaro. Ahí, y ese día, se selló la indiferencia del lópezobradorismo hacia el alfarismo, con el altísimo costo que eso tendría, y ha tenido, para el estado y sus habitantes.

Ayer, apenas 24 horas después de que apanicó a los jaliscienses asegurando que era “inminente” la activación del botón de emergencia por el incremento en el número de contagios de Covid-19 y de muertes por su causa, congregó a 250 personas en el patio del Instituto Cultural Cabañas -entre ellos algunos adultos mayores, que son sujetos de alto riesgo-, para en sintonía con el resto de gobernadores que integran la Alianza Federalista enviarle un mensaje a López Obrador:

“Estamos listos para dar la batalla política y jurídica…”.

En su reclamo por un ajuste en el presupuesto federal para Jalisco y su queja por la ya ejecutada desaparición de los Fideicomisos, los 10 gobernadores rebeldes de esta Alianza emitieron al unísono una advertencia al gobierno de López Obrador y casi una amenaza de que están dispuestos a romper con el federalismo.

Alfaro dijo: “Ningún estado libre y soberano con un mínimo de dignidad puede seguir siendo parte de una Federación cuando el gobierno de la República nos ataca, nos insulta y nos quita lo que nos pertenece (…). No queremos pelear, pero tampoco vamos a permitir que nos atropelle (…). (Todos) listos para dar la batalla política y jurídica…”.

Jaime Rodríguez, “El Bronco”, de Nuevo León, dijo: “(Amlo) ocasionará el primer rompimiento que va a terminar con esta República y estará generando una confrontación innecesaria que pondrá a prueba el carácter de cada región del país (…). Hoy está en riesgo la Federación por la excesiva centralización…”.

Silvano Aureoles, de Michoacán: “Como nunca, se ha destruido, sobre un discurso falso de combate a la corrupción y combate a la pobreza (…); no es más que una vil falacia, un engaño y una manipulación maniquea que encubre la intención del retorno al centralismo y autoritarismo… Si no hay diálogo y si no hay respeto entre el gobierno central, los estados y municipios, se marcará el inicio del rompimiento del pacto federal…”.

Javier Corral, de Chihuahua: “Si la indiferencia y los oídos sordos prevalecen, estamos listos para la batalla política y legal, amparados en nuestra Constitución, y, de ser necesario, acudiremos a instancias internacionales para hacer valer los tratados que México ha suscrito…”.

El problema es que entre Alfaro, “El Bronco”, Aureoles y Corral hay una enorme diferencia: los tres últimos dejan el gobierno el año próximo, mientras el gobernador jalisciense sale hasta el 2024. ¿Ustedes creen que Jaime, Silvano y Javier están preocupados por lo que viene después del 2021? Ellos se van y heredarán todos sus problemas a quienes los releven. Y aquí Alfaro seguirá enfrentado con el presidente de la República, y los jaliscienses serán quienes “paguen los platos rotos”.

¿De veras creen que la Alianza Federalista le preocupa a López Obrador? ¿Creerán que le quita el sueño? ¿Apostarán a que con sus incendiados discursos los gobernadores que la integran lo obligarán a dar marcha atrás a decisiones ya tomadas y que las ejecutará, pésele a quien le pese, y así hagan berrinche y pataleen todos los gobernadores de la oposición?

¿Qué pasó con la amenaza de que recurrirían a la controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia por el asunto de los Fideicomisos? ¿Ya la presentaron? Si lo cumplieron, ¿por qué no lo hicieron público? ¿Responde a una estrategia haberlo ocultado? Y si no lo han hecho, ¿cuál es la razón de su tardanza? ¿O acaso ya se dieron cuenta de que dicha controversia no prosperará? O quizás ya lo sabían, pero de lo que se trataba era de hacer un show discursivo para ganarse espacios en los medios e inundar las redes sociales, y satisfacer así sus ambiciones personales.

Ayer el impacto de su mensaje al unísono fue prácticamente nulo; hay que esperar el lugar que le dan hoy los medios de comunicación tradicionales y ver si el tema llega a la “mañanera” lópezobradorista, que creo que sí, y cuál será la respuesta que tenga el presidente López Obrador.

Y es que la postura de la Alianza Federalista es similar a la que ha asumido Alfaro Ramírez y el controvertido “botón de emergencia” con la fábula aquella de “Pedro y el lobo”. Anuncian su rompimiento con la federación y todo queda en un simple discurso de amague.

Reitero: el show mediático de Alfaro Ramírez en su afán de posicionarse a nivel nacional como prospecto a la candidatura presidencial, y el juego que le hacen sus “jilgueros” que lo acompañan en sus montajes y le aplauden a rabiar, le hace mucho daño a Jalisco y a los jaliscienses.

El triste papel de “patiños” que hacen los cúpulos empresariales tiene también un alto costo para sus trabajadores, porque finalmente ellos cuentan con los favores que les hacen desde el poder.

Lo peor es también la manera en que políticamente manipula un problema serio como es la pandemia del coronavirus que tantas vidas ha cobrado en Jalisco. Insistir con el cuento de “Pedro y el lobo” a costa de la salud y vida de los jaliscienses, es reprobable e inadmisible.

Pero lamentablemente el espíritu salinista sigue reinando en Palacio Nacional, porque allá, a los gobernadores de la Alianza Federalista, de la que forma parte Alfaro, “ni los ven ni los oyen”.

Y si no, al tiempo…