Enrique Alfaro, Jaime Rodríguez “El Bronco” y Silvano Aureoles, gobernadores de Jalisco, Nuevo León y Michoacán, respectivamente, adelantaron y casi dieron por hecho que los 10 estados que conforman la Alianza Federalista dejarán de pertenecer a la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) porque “ya se agotó” y su modelo “ya no da para más”, dijo el mandatario jalisciense.
Esta decisión se tomará en la reunión que sostenga la Alianza el próximo lunes 7 de septiembre en Chihuahua, luego del desaire del que fueron objeto por el presidente López Obrador en San Luis Potosí y de cuya reunión salieron decepcionados y enojados.
Sin embargo, abandonar la Conago tiene sus riesgos e, incluso, hasta el futuro de la misma Alianza Federalista está en juego luego de las elecciones del próximo 6 de junio del 2021, pues en cinco de los estados que la integran habrá relevo de gobernadores y, por supuesto, nada garantiza que los que lleguen seguirán en ella, máxime si los pronósticos se cumplen y Morena obtiene la victoria en todos o la mayoría de ellos.
Los estados de la Alianza donde elegirán gobernador son: Colima, Chihuahua, Guerrero, Michoacán y Querétaro, mientras en los que se mantienen aún los actuales mandatarios son: Coahuila, Durango, Jalisco, Guanajuato y Aguascalientes.
En este sentido, Enrique Alfaro Ramírez podría jugarse “el todo por el todo” frente al presidente Andrés Manuel, con quien ya tiene hondas diferencias y quien seguramente tomó registro del desaire que le hizo a él y a sus colegas al no sumarse a la fotografía oficial del evento ni quedarse a la comida en San Luis Potosí.
Es indudable que hay quienes consideran que Alfaro es el líder dentro de la Alianza Federalista o cuando menos que tiene un peso muy importante y una gran influencia, por lo que se mantendría a la cabeza de los cinco entidades que no cambian gobernador: Tamaulipas, Guanajuato, Coahuila, Durango y Aguascalientes, pero quizás muy debilitado, pues el gobernador tamaulipeco, Francisco Cabeza de Vaca, está muy cuestionado y acaba de revelarse que estuvo detenido en MacAllen, Textas, por presunto robo; Diego Sinhué Rodríguez, de Guanajuato, prácticamente ha enmudecido después de que se “dobló” ante Amlo; y los mandatarios de Coahuila, Durango y Aguascalientes no tienen mayor peso nacional.
Por lo tanto, ¿qué sucederá si Morena gana las gubernaturas en juego en los estados que forman parte de la Alianza Federalista u otros partidos cuyos gobernadores decidan no sumarse a ella? La Alianza quedaría muy debilitada o prácticamente “borrada”, y Alfaro Ramírez estaría en una posición muy complicada, de mucho riesgo frente a López Obrador, y las consecuencias las pagarían los jaliscienses.
Por supuesto que a López Obrador lo tiene sin cuidado ya no digamos la Alianza Federalista sino todos los gobernadores en general, como quedó demostrado en la plenaria de la Conago en San Luis Potosí. Él sabe que es una minoría gobernante la inconforme, al menos públicamente, y que podría reducirse aún más después del mes de junio del año próximo. Y por eso la ignora.
Ante este escenario, ¿hasta dónde está dispuesto a llegar Enrique Alfaro frente a López Obrador, por muy justas que sean sus causas, si el presidente asume la sentencia salinista del “ni lo veo ni lo escucho”? ¿O creerá que conforme pase el tiempo a la Alianza Federalista se le unirán no sólo los gobernadores de las cinco entidades que elegirán uno nuevo sino otros mandatarios más que hoy se mantienen ajenos, confiando en que serán mayoría? ¿De verás cree que desde un bloque de gobernadores podrán “doblar” al presidente de la República? Hay que esperar si los menciona en su informe de gobierno.
Reitero: es mucho lo que se juega Enrique Alfaro con la postura de enfrentamiento -aunque en el discurso lo niegue- asumida ante López Obrador, y corre un alto riesgo de quedarse solo. ¿Se seguirá arriesgando? No le queda de otra, porque ya echarse para atrás no puede. Pero, ¿a qué costo?
Al tiempo…