Después de la multitudinaria marcha de la Universidad de Guadalajara de la semana anterior, lo primero que concluimos es que no hay vía de retorno en su relación con el gobierno del Estado y viceversa.
La postura de ambas partes quedó firmemente establecida el jueves pasado. El gobernador Enrique Alfaro Ramírez llegó al extremo de llamar a los directivos de la máxima Casa de Estudios “grupo de pillos”, calificativo que no se había escuchado en boca de ningún otro mandatario estatal en confrontaciones anteriores. Por su parte, el rector general Ricardo Villanueva Lomelí anunció que a partir de ahora, la UdeG asumirá el papel de oposición frente al Ejecutivo que no cumplen los adversarios políticos naturales, como son precisamente los partidos de oposición y ante la sumisión mostrada por los otros dos Poderes del Estado, el Legislativo y el Judicial.
La declaración de “guerra” entre Enrique Alfaro en contra de la Universidad de Guadalajara, del Grupo Universidad y particularmente de su jefe político, Raúl Padilla López, llegó a su clímax, al menos verbalmente, con esta declaración del gobernador a los medios de comunicación después de la marcha, en la que, incluso, se atrevió a pronosticar que la era de este grupo universitario estaba por llegar a su fin. Así lo dijo:
“Lo que hay es un mensaje muy claro al grupo que tiene secuestrada a la universidad desde hace 30 años: Que la universidad no es un negocio privado, que la universidad no es una institución que tenga como propósito crear partidos políticos o darle al señor Raúl Padilla López magistrados y jueces en el Poder Judicial (…). Quiero mucho a la universidad. Lamento las mentiras de este grupo de pillos que la tienen secuestrada y confío que la comunidad universitaria podrá librarse de este yugo muy pronto, porque ya estamos más cerca del final de una era que tiene que terminar urgentemente por el bien de Jalisco, por el bien de la universidad….”.
Así de claro lo dijo: “… ya estamos más cerca del final de una era que tiene que terminar urgentemente…”.
Lo anterior se ha escuchado muchas veces en tiempo atrás, pero recientemente lo escuchamos durante la fallida rectoría del hoy finado Carlos Briseño en 2008 y posteriormente en 2010, en el marco de aquella megamarcha de la UdeG, bajo la rectoría de Marco Antonio Cortés Guardado, en contra del entonces gobernador Emilio González Márquez. Pero concluyó ese sexenio y el Grupo Universidad… todavía estaba allí. Hasta la fecha.
¿De veras está cerca el final del Grupo Universidad y de su líder, Raúl Padilla López? ¿Realmente están contadas sus horas o sus días? ¿O tendremos que hablar de años? ¿De dónde vendrá el “golpe” en su contra”: del gobierno de Alfaro Ramírez, del gobierno de López Obrador o de una alianza entre ambos gobernantes?
La Universidad de Guadalajara, por su parte, se declaró el más claro y firme opositor del gobierno del Estado, del mandatario Enrique Alfaro Ramírez, por encima de los partidos políticos de oposición y del equilibrio que deben de realizar los poderes del Estado. Después de lo sucedido previamente a la marcha, con sendos desplegados en contra de la UdeG firmados por los poderes Legislativo y Judicial. así como por presidentes municipales de todos los partidos, el rector Villanueva Lomelí tomó y ondeó la bandera opositora:
“La Universidad de Guadalajara debe de asumir el peso y la responsabilidad del equilibrio político en Jalisco, porque las autoridades creen que por disentir se les dobla. Y no, gobernador -subrayó-, nadie te quiere doblar (…). A ´partir de hoy esta universidad, ante la falta de división de poderes, ante el sometimiento de los partidos políticos a cambio de dinero para obras en sus municipios (…), ahora esta lucha es por la dignidad, por el respeto y por la legalidad…”.
¿Cómo será esa oposición de la UdeG al gobierno del Estado? ¿Como ha sido hasta ahora con posturas críticas a las acciones de gobierno, como se han hecho a través de sus investigadores u observatorios universitarios? ¿Será a través de otras movilizaciones o plantones?
El tono de las declaraciones subieron antes, durante y después de la megamarcha del jueves pasado. “Grupo de pillos”, los llamó el Ejecutivo; “somos insoportables para Enrique Alfaro”, reviró el rector Ricardo Villanueva.
¿Qué sigue? es la pregunta que queda por encontrarle respuesta. ¿El final del Grupo Universidad como lo pronosticó el gobernador? ¿La conclusión del sexenio de Alfaro y el Grupo Universidad gozando de cabal salud y tan campante como en los gobiernos anteriores?
Al tiempo….