Por Julio César Hernández
En el marco del intenso torneo de la Eurocopa, los jaliscienses vuelven a propinarle un revés al gobernador Emilio González Márquez, colocando el marcador 3 a 0.
Primero fue la movilización ciudadana, principalmente de jóvenes, la que echó abajo la pretensión del Gobernador de aplicar el placazo, o sea el que los automovilistas renovaran el juego de placas, cuando las actuales aun tienen una vigencia hasta el 2010, como se estableció durante la administración de Francisco Ramírez Acuña.
Posteriormente, ante este primer fracaso, González Márquez pretendió sustituirlo por el denominado refrendazo, que no era otra cosa que aplicar un incremento al costo del refrendo. Pero volvió a topar con “pared” ciudadana y no le quedó otro camino que dar marcha atrás.
Ahora, hablando en términos futbolísticos, podríamos decir la ciudadanía está a punto de anotarse un tercer gol a favor y que el Mandatario estatal enfrenta un “tiro penal”, con el cardenal Juan Sandoval Iñiguez como árbitro y la ciudadanía como ejecutor del penalty.
Y es que hace meses González Márquez incurrió en una flagrante falta al bolsillo del ciudadano -ante los ojos del “árbitro”, quien se hizo “de la vista gorda”- al donar 30 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires.
Sin embargo, ante el airado reclamo de los ciudadanos y al ser llamado a comparecer ante lo que podría compararse con la Comisión de Arbitraje (entiéndase el Juez Tercero de Distrito), el “arbitro” Sandoval Iñiguez rectificó y ahora pide a la Fundación Pro Construcción, quien se vio beneficiado por el faul del Ejecutivo, que regrese el donativo.
Ante lo anterior, imagínese el simil arriba referido de un tiro penal. Pero para que la ciudadanía “cante victoria”, necesita meter el gol, que sería que la Fundación, que preside el empresario Carlos Álvarez Bermejillo, acepte devolver el donativo.
No dudamos que ya haya habido un acuerdo previo entre el “portero” (González Márquez), el “árbitro” (Sandoval Íñiguez) y el beneficiario (Fundación) de aquella falta, para permitir que se anote el gol y así cerrar -por ahora- el conteo de un tres cero a favor de la ciudadanía.
Seguramente, pues, que en algunos momentos más podremos gritar: “¡¡¡Goooooooooooooooooooooooooooooooooollll!!!!”.