No hay que ser adivino para pronosticar que quien es presidente municipal de Guadalajara en la segunda mitad de un sexenio es candidato natural a aspirar o ser candidato a la gubernatura por el partido al que pertenece, y algunos lograron llegar de esa manera a Casa Jalisco, como fue el caso de los panistas Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez; del priista Jorge Aristóteles Sandoval Díaz; y del emecista Enrique Alfaro Ramírez.
Hubo algunos alcaldes de Guadalajara que llegaron a la gubernatura después de haber ocupado otros cargos, entre un gobierno y otro, como Juan Gil Preciado, Francisco Medina Ascencio y Guillermo Cosío Vidaurri. Otros más quedaron como meros aspirantes: don Arnulfo Villaseñor, don Gabriel Covarrubias Ibarra, Eugenio Ruiz, Enrique Dau Fores y Alfonso Petersen Farah.
Guadalajara, como la segunda ciudad más importante del país y capital de Jalisco, es por sí misma “trampolín” natural para que quien la gobernó aspire, y en varias ocasiones logre, obtener primero la candidatura y posteriormente llegar a gobernar el Estado.
Pero hay otro espacio político desde el cual surgen aspirantes naturales a disputar la candidatura al gobierno del Estado o, cuando menos, son considerados como prospectos a dicho cargo, como fue el caso de los finados J. Jesús González Gortázar o el maestro José Luis Lamadrid, por mencionar a dos de los más destacados políticos y parlamentarios que ha dado Jalisco.
Es por eso que si bien como munícipe de Guadalajara Jesús Pablo Lemus Navarro debe ser considerado como aspirante y prospecto natural a ser candidato a la gubernatura por el partido Movimiento Ciudadano -si es que no se le ocurre aceptar ser postulado por otro partido, cosa nada rara en estos tiempos del máximo pragmatismo-, otro perfil natural para esta candidatura por el partido naranja es el del senador Clemente Castañeda Hoeflich, que no necesariamente lo es a partir de que asumió la coordinación de su bancada en la Cámara Alta.
Castañeda Hoeflich debe ser considerado contendiente natural a la candidatura al gobierno estatal por dos fuertes razones: 1. Por su calidad de senador de la República y 2. Por ser el integrante del Grupo Jalisco de Movimiento Ciudadano más hecho políticamente que queda en esa posición, luego de la retirada de Ismael del Toro de la candidatura para su reelección como alcalde de Guadalajara, que de no haberlo hecho hubiese sido el aspirante natural de ese grupo compacto y que, por supuesto, Clemente no se la hubiera disputado.
Clemente Castañeda es el integrante que tiene el Grupo Jalisco de MC para disputarle la candidatura al integrante del Grupo Coparmex en MC, Lemus Navarro, quien peleará este espacio desde dos trincheras: Guadalajara y Zapopan, con su aliado Juan José Frangie Saade. Y para ello ya han comenzado a operar como si fueran un solo gobierno, desdeñando y menospreciando a los demás gobiernos emecistas de la zona metropolitana como Tlaquepaque, Tlajomulco y El Salto, con quienes no quieren ir “ni a la esquina”. Los ven pequeños y difícil de sumarlos a su proyecto, pues en el caso del alcalde de Tlajomulco, Salvador Zamora Zamora, también es mencionado como otro aspirante para el estado.
Castañeda es la pieza que tiene el Grupo Jalisco, con Alfaro a la cabeza, para enfrentar en su momento al Grupo Coparmex… salvo que algo suceda en el camino rumbo al 2024.
En capacidad y experiencia política, no hay comparación entre Castañeda y Lemus; el primero se lleva “de calle” al segundo. Sin embargo, el expresidente de la Coparmex es adicto a los reflectores, al protagonismo, al oportunismo, seguidor fiel del pragmatismo, y eso le ha generado simpatías y apoyos, principalmente de aquellos que ven a la política como un espectáculo en el que le apuestan al que consideran el mejor “show-men” del momento. En eso, sin duda, Clemente Castañeda está rezagado. Pero ese no es su estilo y él apostará por los resultados, sin tanto ruido ni estridencia.
Nadie duda, tampoco, que en su momento Lemus Navarro “romperá” con Alfaro Ramírez, “pintará su raya”, y hasta lo negará tres veces, pues buscará consolidar su corriente dentro de Movimiento Ciudadano y particularmente con el dueño del partido, Dante Delgado. Clemente Castañeda, por su parte, tendrá que operar para evitar le cobren a él los “negativos” de Alfaro, pero no llegará a la traición y mucho menos a la negación de ser parte importante de ese Grupo Jalisco del que sólo son integrantes, además de él y el gobernador, el secretario general Enrique Ibarra Pedroza y el jefe de Gabinete, Hugo Luna. Nadie más.
Así, pues, que nadie se equivoque. Clemente Castañeda es tan candidato natural como Lemus Navarro a la candidatura de Movimiento Ciudadano al gobierno del Estado para el 2024. Es posible que llegue el que menos se equivoque, aunque en política no hay nada escrito.
Al tiempo…