Luis Donaldo Colosio Murrieta se afilió al PRI en 1979, seis años después fue diputado federal, en 1988 llegó a la Cámara Alta como senador, ese año y hasta 1992 fue presidente nacional del PRI para luego integrarse al gabinete como Secretario de Desarrollo Social de 1992 a 1993 y en noviembre de éste último año fue postulado como candidato a la presidencia de la República.
Colosio Murrieta fue preparado cuidadosamente por Carlos Salinas de Gortari para que fuera su sucesor, particularmente a partir de que asumió la presidencia de la República, enviándolo primero a dirigir el PRI -para darse “baños” de militancia- y posteriormente integrarlo a su gabinete al frente de una secretaría creada ex profeso: la Sedesol, para darse “baños” de pueblo.
Catorce años transcurrieron desde su registro como militante del PRI a su postulación como su candidato a la presidencia de México.
A diferencia de su padre, hoy Luis Donaldo Colosio Riojas parece querer correr antes de caminar, impulsado nada menos que por Clemente Castañeda, presidente nacional del partido Movimiento Ciudadano. y de lo que podrían no ser ajenos el senador Dante Delgado y el gobernador Enrique Alfaro Ramírez.
Con menos de dos años apenas en la política activa y partidista al llegar en 2018 como diputado local al Congreso de Nuevo León por MC y ser designado coordinador de una fracción de cuatro diputados emecistas más, Colosio Riojas es arrojado a buscar la candidatura nada menos que al gobierno del estado, en una disputa interna con el senador Samuel García, cuando se creía que éste iba en “caballo de hacienda” y tenía ya la candidatura “en la bolsa”.
Es cierto -y no hay porqué descartarlo- que todo puede ser un montaje para simular una contienda interna y hacer “ruido” para que los ojos de los neoloneses volteen a ver, más que a dos conocidos jóvenes políticos -ya conocidos muy bien por ellos-, a un partido que aún está por debajo del PAN, PRI y Morena en las preferencias ciudadanas.
Pero si todo es un montaje, quizás consideren que nada pierde Luis Donaldo con sumarse al “teatro” montado para beneficiar la imagen del senador García que sería finalmente el candidato a la gubernatura, pues se convertiría en el candidato de MC a la presidencia municipal de Monterrey, como estaba considerado inicialmente.
Por otro lado, si la contienda interna es para “bajar” a Samuel García de la candidatura que creía tener asegurada, luego de los traspiés que ridículamente ha dado en sus redes sociales, tampoco es buena noticia para Colosio Riojas, pues como decía el finado Jesús González Gortázar: “por eso los hacen pandos, por montarlos tiernitos”.
Y, al parecer, Luis Donaldo se ha tomado muy en serio la contienda interna, pues propuso que la definición de quién será el candidato de MC a la gubernatura se haga mediante una encuesta abierta a la población y no únicamente a los militantes emecistas. ¿Quién puede dudar que en una encuesta a la ciudadanía no resulte ganador el hijo del finado candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta? ¿Acaso la preferencia de los neoloneses se inclinaría a favor del senador García, cuya imagen él mismo se encargó de enmarcarla en la de un comediante o en la de un político frívolo?
¿Y qué si Colosio Riojas es el candidato de MC a la gubernatura? ¿Qué garantías tiene de imponerse a sus rivales de los demás partidos políticos? ¿O acaso Clemente Castañeda le apuesta que al ser Luis Donaldo el candidato se concrete una alianza con los demás partidos y lo adopten como su candidato para enfrentarse al abanderado de Morena? ¿Y qué si es derrotado? ¿Habrá cavado su propia tumba política por querer correr antes de caminar? ¿Y qué si no gana la contienda interna? ¿Qué mensaje se mandaría si Luis Donaldo Colosio fuera derrotado por el senador Samuel García? ¿O toda la apuesta está en su apellido?
Se sabe del poder del empresariado de Nuevo León y nadie desconoce que son los empresarios los que, incluso, prácticamente deciden quién debe ser el gobernador de su estado ante los fuertes intereses que están en juego. ¿Acaso el joven Luis Donaldo Colosio Riojas, de apenas 35 años de edad, es el gobernador que quieren y necesitan los hombres del poder económico en aquel estado? ¿Tiene este novel político la capacidad y experiencia para gobernar uno de los estados más importantes del país?
Sin duda que es una osadía de Clemente Castañeda -y de quienes aprobaron y apoyaron su decisión- aventar al ruedo de las grandes ligas a quien apenas cuenta con dos años de experiencia política para que busque gobernar su estado adoptivo.
Por supuesto que no doy por hecho que Colosio Riojas ganará la elección, por mucho que su apellido sea un gran atractivo, pero eso es lo peor: que sea lanzado a las grandes ligas donde puede sufrir una dolorosa derrota que termine con su corta carrera o le provoque una caída de la que le cueste mucho trabajo levantarse.
El camino que se tenía previsto para él, indudablemente que era el mejor: de diputado local a buscar ser alcalde de Monterrey, que tampoco es cosa menor. Pero algo sucedió que la dirigencia nacional de su partido considera que ya puede gobernar nada menos que el estado de Nuevo León.
Por eso, no es menor la responsabilidad de Clemente Castañeda para con Luis Donaldo Colosio: lo impulsa… o lo unde.
Al tiempo…
Y si en la contienda internase impone