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Al arranque de las campañas por la gubernatura -el pasado viernes primero-, nunca nos imaginamos que el primer debate entre los candidatos -a realizarse en pocas horas (10 am)- se llevaría a cabo en medio de un clima de crispación social generada por hechos que contradicen el discurso y la narrativa oficial de que la seguridad pública se encuentra “bajo control” y su ceguera de ver los hechos que han lastimado a cientos de miles de familias jaliscienses.
El secuestro del periodista Jaime Barrera y el artero asesinato de Humberto Amezcua, presidente municipal de Pihuamo con licencia y candidato de Fuerza y Corazón por Jalisco a reelegirse -la noche del viernes pasado-, ambos casos sucedidos en el lapso de una semana, comienzan a enrarecer el ambiente electoral en el estado y dejan abierta la puerta a que la violencia sea un protagonista en este proceso que ahuyentará la participación ciudadana.
Cualquiera podría apostar que los hechos anteriores se convirtieron en el “aderezo” del debate de hoy, cuya temática que deberán abordar Claudia Delgadillo González, Laura Haro Ramírez y Jesús Pablo Lemus Navarro es “Derechos humanos, gobernabilidad y seguridad”.
Sin embargo, creo que si algo caracterizará a este primer debate serán los “trapitos al sol” -con o sin fundamento- que los debatientes exhibirán ante las cámaras. Aparentemente, los tres llegarán con el “parque” suficiente para “noquear” a sus contrincantes. Habrá que ver quién lo hace de manera más contundente.
Pero concentrándonos en los temas que deberán de abordarse en el debate de hoy, quien llegará en desventaja es el candidato oficialista, el del partido del gobierno, Lemus Navarro, porque si bien podrá exponer su proyecto de gobierno en estos rubros y apostar a la que gente le creerá y confiará en él para otorgarle su voto, tendría que partir -es lo lógico- defendiendo que lo hasta hoy realizado no está mal, porque en la evaluación que se hace de la inseguridad pública en el estado está implícito lo que hacen o dejan de hacer los gobiernos municipales, y él gobernó Guadalajara en la segunda mitad del actual sexenio.
La interrogante es: ¿Jesús Pablo Lemus defenderá el programa de seguridad del gobernador Enrique Alfaro Ramírez o aprovechará para deslindarse de él, “pintar su raya” y “lavarse las manos” de la descomposición de Jalisco por la inseguridad pública que ha bañado de rojo a la entidad?
Podrá decir que él será el gobernador que pacifique el Estado, pero esas promesas son hasta una falta de respeto a la ciudadanía cuando aún sin lograr “pacificar” Guadalajara, para intentar hacerlo, lo acusaron de comprar patrullas a sobreprecio y para hacer eso le tuvieron que falsificar documentos oficiales en el Tribunal de Justicia Administrativa. O cuando estuvo en Zapopan, que para combatir la inseguridad pública adquirió luminarias en extrañas condiciones en las que, inclusive, hasta algunos de sus colaboradores no quisieron participar ni avalar su adquisición.
Claudia Delgadillo y Laura Haro tienen mucho qué ganar y nada qué perder. Ambas llegarán animadas como oposición y seguro tendrán “mucha tela de dónde cortar”´. Haro llegará con el dolor del asesinato artero del candidato de su coalición, Humberto Amezcua, y seguro “desnudará” a los gobiernos emecistas por su “indolencia” -así los ha calificado- para dar seguridad no sólo a los candidatos de la alianza o de cualquier otro partido, sino a la ciudadanía en general. Delgadillo tendrá que sortear la parte que le corresponde como candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, cuyo gobierno federal -como el estatal- ha sido ineficaz en el combate a la delincuencia y a la inseguridad pública, aunque tendrá el margen de ofrecer su propio proyecto que pudiera o no convencer al votante.
Estamos, pues, a horas de presenciar el primer debate entre quienes quieren gobernar Jalisco, y será un momento crucial para cada uno de ellos, pues cualquier paso “en falso” puede ser muy costoso para sus aspiraciones, aún y cuando apenas llevamos 15 días de campaña.
Por cierto, al final, Claudia, Laura y Jesús Pablo, al igual que sus equipos y partidos que los postulan, así como sus “jilguerillos” en las redes sociales, gritarán “a los cuatro vientos” que ganaron el debate, cuando lo importante será quién gane el postdebate; o sea, lo que la ciudadanía opine de ellos, luego de verlos ante las cámaras en este primer “round” de los cuatro que tendrá la pelea por llegar a Casa Jalisco.
Al tiempo…