Alfonso Javier Márquez
Es una postura estúpida la del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco al asumirse como autoridad plenipotenciaria por encima de las facultades que le otorga la ley.
No se trata de ausencia de experiencia ni de un error simple lo anunciado por ese órgano electoral para ordenar que los candidatos que tengan puestos públicos no puedan hacer uso de los medios de comunicación para comunicarse con la sociedad. Y es que se le olvida a ese instituto que los funcionarios públicos cobran un sueldo que emana de los impuestos que pagamos los ciudadanos, luego entonces, tienen obligación, mientras siga cobrando de seguir trabajando, y de ese trabajo nos tienen que dar cuenta. ¿Cómo imaginamos un diputado sin dar entrevistas para decirnos qué se está haciendo respecto a, por ejemplo, la revisión de las que dio el gobernador Emilio González en su segundo informe?.
El problema es que caímos en el extremo opuesto del que estábamos. El Instituto Electoral no es una autoridad que esté por encima de todos, no tiene derecho a hacer callar a nadie; tiene la facultad de hacer que se anticipen los políticos a solicitar el voto ciudadano, tiene la obligación de garantizar un proceso electoral limpio, en el que no queden dudas y en el que se vea, como en el fútbol, un arbitro discreto pero efectivo que intervenga en el momento exacto y no cuando no debe.
El Instituto Electoral, entró al proceso electoral con el pié izquierdo, dejando ver el cobre cuando apenas comenzaba la contienda. Fueron las primeras semanas de precampañas, cuando todo esperábamos ver a la autoridad electoral en sus puestos cuando aprovecharon los consejeros para viajar a Europa, Canadá y Estados Unidos con el pretexto de acudir a cursos de capacitación ¿capacitación? Cuando ya deberían estar capacitados y listos en sus puestos en el momento de la contienda.
Es una pena que cuando faltan tantos días por recorrerse en esta renovación de los oficiales de gobierno, no tengamos una autoridad electoral sólida y confiable.
