Por Hugo Luna

El tema que ocupa las primeras planas de los periódicos y los espacios en radio y televisión es sin duda el de la crisis del sector inmobiliario de Estados Unidos.

Hay preocupación entre los inversionistas del mundo en relación a la información de casa nuevas anunciadas en ese país, las cuales pasaron de 915 mil en mayo a 834 mil en junio del presente año.

La caída del 8.9 por ciento aproximadamente, generó que las bolsas mundiales, registrarán obviamente pérdidas, pues eventualmente implicaría que millones de familias de ingresos modestos limitarán su consumo, lo que reducirá los niveles de venta de grandes empresas.

Ante esta situación se observan las siguientes repercusiones en el financiamiento rural y consumo de alimentos en nuestro país y en la localidad.

1.- En principio entre los dos meses señalados las remesas pasaron de dos mil 161 millones de dólares a dos mil 026 millones lo que demuestra una disminución del 6.2 por ciento.

Este movimiento tiene una razón por la alta correlación que existe entre el inicio de casas nuevas en Estados Unidos y el nivel de remesas enviadas a México.

2.-La reciente encuesta del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo demuestra un porcentaje más bajo de inmigrantes mexicanos que está enviando dinero a sus respectivas comunidades; este documento sostiene que la mayoría de los “paisas” les resulta más difícil conseguir empleo bien remunerado que hace 12 meses.

3.-Por otra parte, el mercado agroalimentario podría resentir los efectos del sector inmobiliario ante una menor demanda de consumidores.

En consecuencia, el financiamiento al campo como el consumo de alimentos cuyos precios son más volátiles en nuestra patria, aunque existe la posibilidad de verse modificados.

Por lo que será conveniente entenderlos de acuerdo al desempeño de la economía estadounidense ya que la critica situación de su sector inmobiliario aún no tiene punto final