Por Alfonso Javier Márquez

Esta semana de pascua en la que nos encontramos tiene varias efemérides. Tal vez las fechas no coincidan porque ya ve Usted  que se mueve cada año la temporada que tiene su origen en hechos religiosos.

 

Por ejemplo fue un martes de pascua, pero de hace un año cuando el gobernador Emilio González Márquez anunciaba que donaría 90 millones de pesos del gobierno del estado para ayudar a construir el Santuario de los Mártires lo que sumergió a su administración a la peor crisis política que haya vivido cualquier gobierno después de la caída de Guillermo Cosío en 1992 –por estas fechas también- y que se convirtió en una bola de nieve con una guerra de declaraciones y desaciertos del propio gobernador González Márquez y que llegó a su cúspide con la famosa mentada que les lanzó en evidente estado de ebriedad a los jaliscienses, delante del cardenal y de la clase empresarial de Jalisco los que, por cierto, hasta le festejaron en ese momento y muchos lo criticaron después.

 

Este error, en cualquier otra parte del mundo a un gobernador que ofenda así a su pueblo le hubiera costado el puesto, pero aquí sirvió para dejar claro que los jaliscienses no somos solo el pueblo mas noble del mundo sino que rebasamos el límite al grado de rayar en lo estúpido.

Otra efeméride mas es la de que un miércoles de pascua pero, de 1992, ocurrieron las explosiones del sector reforma, solo que en aquel entonces cayó en 22 de abril cuando murieron muchas personas –seguimos sin saber exactamente cuantas- pero oficialmente 340. Día doloroso para los jaliscienses y aun mas para quienes viven o vivieron en el sector reforma de Guadalajara, una de las zonas mas exclusivas y hoy convertida en área de talleres y pequeñas industrias pues muchos no quisieron volver a vivir allí.

 

Estas efemérides no se mencionan generalmente porque ambas son dolorosas: una para el alma de los tapatíos y la otra, la primera, para el orgullo e integridad de los jaliscienses.