El pasado 10 de abril, al reintegrarse por unos minutos como presidente municipal de Guadalajara para presidir una breve sesión extraordinaria de Cabildo y anunciar que su ausencia en el cargo se ampliaría más -podría ser hasta de dos meses-, Ismael del Toro Castro dijo a los regidores presentes:
“No quise que fuera un trámite que se expresara nada más a través de la circulación en medios, sino darle por supuesto esta formalidad, expresarlo personalmente a quienes integran este órgano de gobierno, que se va a tener que postergar esta atención (a su hija menor); y, por tanto, estoy presentando esta notificación de la ausencia al frente del Ayuntamiento (…). Pronto estaremos anunciando la formalidad de la reincorporación y de seguir trabajando por el interés de los tapatíos”.
En esta misma sesión se reintegraba como regidor Eduardo Martínez Lomelí (der. en la foto), quien había solicitado licencia para fungir como coordinador de campaña de Jesús Pablo Lemus Navarro, y asumía el cargo de presidente municipal sustituto, luego de que fungiera como tal por unas semanas Bárbara Trigueros, quien reasumió su responsabilidad como síndico del Ayuntamiento.
Todo parece indicar que la breve reaparición ante sus compañeros regidores aquel sábado, fue la última de Ismael del Toro como presidente municipal y, por tanto, no podrá cumplir aquel anuncio que les dijo ahí de que “pronto estaremos anunciando la formalidad de la reincorporación y de seguir trabajando por el interés de los tapatíos”.
Y es que en una nueva sesión extraordinaria de Cabildo que prácticamente pasó desapercibida para todos, el pasado viernes 23 Ismael del Toro Castro presentó -y le fue aprobada- su solicitud de licencia por tiempo indefinido, con lo que Martínez Lomelí dejó de ser presidente municipal sustituto y pasó a convertirse en alcalde interino, asumiendo ahora sí todas las facultades que el cargo le otorga, incluso para hacer movimientos en el gabinete; o sea, remover y relevar a funcionarios de primer nivel, lo que no podía hacer en su calidad de “sustituto”.
Lo anterior confirmaría lo que en Marcatextos presumimos en nuestras entregas del día 8 -“¿A qué regresaría Ismael a Guadalajara?”- y el día 9 de abril –“Adiós a los ‘ismaelistas’ de Guadalajara“-: Ismael del Toro ya no regresará a ocupar su cargo de presidente municipal de Guadalajara, cuya gestión concluye el día último de septiembre, y quien se encargará de hacer la entrega de la administración será Eduardo Martínez Lomelí.
¿O alguien encuentra un motivo lógico para que Del Toro Castro extendiera su ausencia “por tiempo indefinido”, cuando luego de aquella sesión extraordinaria del 10 de abril podría regresar el 10 de junio, cuatro días después de las elecciones y tres meses antes de concluir su gestión? Anotemos que en aquella ocasión aclaró que la salud de su hija no era de gravedad, pero que su atención requería de ampliar el tiempo de su ausencia. Sería muy agradable saber que el estado de salud de su hija cada vez es mejor.
Dejar en manos de Eduardo Martínez Lemus el gobierno de Guadalajara por lo que resta de la administración -cinco meses-, es lo más lógico que puedo pensar tras solicitar Ismael del Toro licencia por tiempo indefinido. Hoy no es “ausencia” -que puede ser máximo por dos meses- sino “licencia por tiempo indefinido”, y ese término tiene un enorme significado.
Hay quienes creen en la posibilidad de que Ismael pudiera reasumir su papel de candidato a reelegirse en Guadalajara si a Lemus Navarro le cancelan su candidatura, pero hay que hacer notar que Del Toro retomó su cargo el 10 de marzo y por tanto, aunque haya sido por pocos minutos, quedó inhabilitado porque se rompió aquello de que debió separarse 90 días antes del día de las elecciones.
Ahí está otro elemento más que nos confirmaría que Ismael del Toro no volverá a ser candidato de Movimiento Ciudadano en esta elección ni regresará a concluir su trienio.
Lo que en realidad sucedió ese sábado 10 de abril fue el adiós de Ismael del Toro Castro.
Y si no, al tiempo…