Con el de ayer, han transcurrido dos debates organizados por el ITESO entre los candidatos a las presidencias municipales de Zapopan, el primero, y de Guadalajara, el segundo, y no ha sucedido nada más allá del momento en que se llevaron a cabo. Y es que más que debates han sido pasarelas con 12 y 13 participantes, respectivamente, lo que complicó el formato.

Basta ver la fotografía que acompaña a este texto, cortesía de las redes sociales del propio ITESO. ¿Se puede organizar así un debate? ¡Imposible!

Pero más allá de eso, ambos debates no han generado reacciones por lo ahí planteado; no han provocado discusiones o polémica posteriores al paso de los días; no han despertado interés alguno entre la ciudadanía y apenas en un sector del “círculo rojo”. Su vigencia, reitero, sólo es de las casi dos horas que tuvieron de duración.

El repasar a 13 aspirantes enunciando sus propuestas sobre diversos temas que se diluyen al paso de los minutos es tedioso y poco práctico. Difícil que el auditorio retenga lo planteado por todos ellos. Por lo tanto, ¿qué razón tienen, entonces, estos debates-pasarelas si, además, su transmisión es a través de You Tube o Facebook y no de la televisión abierta como en ocasiones anteriores?

¿Alguien recuerda qué plantearon los candidatos a la alcaldía de Zapopan la semana pasada? ¿Alguien puede mencionar lo destacado de aquella pasarela verbal? O incluso: ¿Alguien recuerda hoy la propuesta que haya hecho ayer algún candidato a Guadalajara que se pueda estar discutiendo en las mesas de café o en los comederos políticos?

Sí, hubo planteamientos interesantes de aspirantes como Dolores Pérez-Lazcarro, de Carlos Lomelí, de Fernando Garza y del independiente Francisco Castillo, que desde mi punto de vista fueron los mejores en la pasarela de ayer, pero no tendrán mayor trascendencia. No serán objeto de un análisis posterior por parte de especialistas o analistas.

Del debate de ayer yo recuerdo sólo cuatro escenas: 1. El insistente cuestionamiento de Tonatiuh Bravo, de Hagamos, a Carlos Lomelí, de Morena, olvidándose de que el adversario a vencer es el candidato del partido en el poder, Jesús Pablo Lemus. Parecía que el diputado federal de Movimiento Ciudadano con licencia fue a hacerle el “trabajo sucio” al partido que lo postuló legislador; 2. Cuando Lomelí señaló que “Guadalajara está harta de que se gaste su dinero en promover la imagen de Alfaro y su pandilla, como Tonatiuh que forma parte de ella”; 3. Cuando Lomelí Bolaños le dijo a Lemus Navarro que pronto le informaría “de su tres de tres con sus tres prestanombres”; y 4. Cuando luego de decir lo anterior, se dirigió al candidato de Hagamos y le dijo: “Tonatiuh, defiéndelo (a Lemus), para eso te pagan…”.

Pero ni Lomelí respondió a los cuestionamiento de Tonatiuh y ni Bravo Padilla y ni Lemus Navarro contestaron a los señalamientos de Carlos Lomelí. Pero hasta ahí.

Los debates no generan interés ni son motivo de mesas de análisis en las televisoras. Así como comienzan acaban. Hoy son intrascendentes.

Sin embargo, creo que en materia de las campañas políticas el mes próximo, sino es que ya la siguiente semana, el ambiente se “calentará”, comenzará a aparecer información “reveladora” de los candidatos, aunque algunos sacarán “refritos” que ya ningún impacto generan. Creo que en cuanto a posibles escándalos, estamos por ver lo mejor. La calidad de éstos dependerá no de lo que se diga o denuncie, sino de las pruebas que se presenten para sostenerlos y fundamentarlos.

Y si no, al tiempo…