La que se presume le solicitó al periódico Milenio Jalisco y que se publicó el viernes pasado, ha sido una de las entrevistas más “flojas” y evasivas que he escuchado y leído del gobernador Enrique Alfaro Ramírez a lo largo de su gobierno y en la que, de alguna forma, deja abierta la sospecha de que -como se presume desde mediados del año pasado-, el futuro político de Jalisco pudo haberse definido en Palacio Nacional, tal y como sucedió con las elecciones en otros estados en años anteriores.

Esta teoría de que en junio próximo en Jalisco puede replicarse lo que sucedió el año pasado en el Estado de México, donde su entonces gobernador Alfredo del Mazo “sacó las manos” del proceso electoral -por voluntad propia o por instrucciones “del centro”- como ahora lo hace Alfaro Ramírez, es compartida por propios y extraños: por emecistas y no emecistas; por empresarios, comerciantes, industriales y profesionistas. Y es que se preguntan: Si eso sucedió en otros estados gobernados por la oposición a la 4T, ¿por qué no podría repetirse en este estado gobernado por Movimiento Ciudadano?

Incluso, quienes no descartan esta posibilidad, destacan que ningún gobernador como Enrique Alfaro se enfrentó abiertamente desde que era gobernador electo, y por la mitad de su sexenio, con el presidente Andrés Manuel López Obrador, al grado de amenazarlo con salirse del Pacto Federal y del Pacto Fiscal y hasta de organizar y crear una Alianza Progresista integrada por otros gobiernos de oposición antilópezobradoristas, que fracasó cuando tuvieron que someterse a Palacio Nacional y hasta algunos de ellos “entregaron” su estado.

Por lo tanto, se cree que López Obrador tiene en Jalisco una “factura” por cobrar”… y el que el gobernador Alfaro Ramírez no “meta las manos” en el proceso electoral puede ser el primer paso para ello.

Esta versión de que Jalisco está “entregado” revivió la semana pasada después de que el gobernador anunció que había sostenido un encuentro con el presidente López Obrador para tratar temas de educación. Pero, como lo referimos en una entrega anterior, el Mandatario estatal no habría sostenido una sino tres reuniones en Palacio Nacional, en una de las cuales se habría abordado el tema del proceso electoral.

Contrario a su costumbre de hablar “de frente y a la cara”, de no darle rodeos, de ser categórico y frontal, en esta ocasión todo eso se le olvidó a Alfaro. Nunca en toda la entrevista negó rotunda y categóricamente que Jalisco esté “negociado” o se haya “negociado” en Palacio Nacional, con lo que dejó abierto el “sospechosismo”. Cuando aludió a este tema le “dio la vuelta”, si acaso le dio un “rozón”, pero nunca lo negó, como en ocasiones anteriores ha negado con firmeza muchas otras cosas. Vamos, tan no lo hizo que no fue el tema para titular la entrevista, y sí, en cambio, se “cabeceó” -se dice en la jerga periodística- con lo que tiempo atrás había declarado y ya no es noticia: Que no será funcionario, embajador ni cónsul.

¿Quién carambas puede ser “funcionario” de un gobierno (el de AMLO) que termina -el 1o octubre- dos meses antes que el de Alfaro?

En la entrevista, es el propio gobernador quien alude las versiones de que “negoció” Jalisco en Palacio Nacional. Dijo: “Otros dicen que negociamos con el Presidente y con Morena. Y la realidad es que detrás de todas estas opiniones, lo que hay de telón de fondo, es que yo hace tiempo fijé mi postura respecto a las decisiones de Movimiento Ciudadano…”. Pregunta: ¿Qué tiene que ver la negociación con el presidente y Morena con su postura sobre MC, que es el tema que amplió en esa respuesta?

Adviértase que nunca negó la posibilidad de una “negociación” con “el presidente y con Morena”. Lo más que dijo al respecto es que “no tengo ningún interés ni de relacionarme, ni de vincularme, mucho menos de participar con proyectos políticos con los que no tengo coincidencia. Ni con Morena, ni con el PAN, mucho menos con el PRI”. ¿Quién carambas habló de una presunta relación de Alfaro con el proyecto político de Morena? Simplemente se habló de una presunta “negociación” para “entregar” Jalisco.

Más adelante volvió a tocar el tema y tampoco lo negó.

Dijo: “Más allá de la idea esta del voto cruzado, ha estado presente la idea de que si estamos negociando algo con el presidente o con la candidata de Morena (…). Si un estado ha defendido la distancia con el proyecto del gobierno del país ha sido Jalisco. A mí me pueden achacar de cualquier cosa, menos de sentarme sospechosamente a un proyecto con el que no coincido…”.

Nótese que no negó “la idea de que si estamos negociando algo con el presidente o con la candidata de Morena”. Habló de que Jalisco ha defendido su distancia con el proyecto de la 4T y eso nadie lo niega, todos lo sabemos. Luego dijo que no le pueden achacar “de sentarme sospechosamente a un proyecto con el que no coincido”. Tampoco nadie lo acusa de eso, y el “entregar” Jalisco no significa que coincida con un proyecto como el de la 4T. Simplemente “entrega” el estado y sanseacabó.

Criticó que algunos gobernadores hayan entregado su estado a cambio de una embajada o consulado: “No voy a ser embajador. No voy a ser cónsul. No voy a ser algo que me avergonzara. Lo que hicieron otros gobernadores es asunto de ellos. Entregar a sus estados de esa manera es algo que tendrán ellos que explicar, tal vez en su momento…”. Es cierto, pero no puede descartarse que “algún” gobernador “entregue” su estado sin necesidad de ser embajador, cónsul, funcionario o “algo que me avergonzara”.

En los corrillos de Palacio de Gobierno y Casa Jalisco se asegura que después de terminar su sexenio el gobernador radicará, en principio, un año en España… pero no como embajador ni cónsul. Eso sí es cierto.

Alfaro agregó: “En mi caso lo que vamos a hacer es, como proyecto político, defender a Jalisco. Y en lo particular cuando termine mi ciclo como gobernador, me retiro de la política…”.

Una vez más subrayamos: No negó que vaya a “entregar” Jalisco o que ya lo haya “negociado”; argumentó que van a defenderlo -¿cómo si él está dedicado a gobernar? ¿de quién si él tiene “manos fuera” del proceso electoral?-, y luego sentenció: “Cuando termine mi ciclo como gobernador, me retiro de la política…”. Esto está por verse, porque dicen que tiene una “espinita clavada” con el caso de Movimiento Ciudadano.

Así, pues, en toda la entrevista Enrique Alfaro nunca negó ni rechazó que -como dicen “las malas lenguas”- haya “negociado” en Palacio Nacional “entregar” a Jalisco, como tampoco nunca durante toda la entrevista auguró que Movimiento Ciudadano vaya a ganar la gubernatura, pero de eso ya hablaremos después.

Alguien que lo conoce muy bien, me dijo sobre la entrevista con Milenio Jalisco: “Quiere guardar las formas…”

En nuestra entrega de mañana habrá más de esta entrevista… al tiempo.