Uno de los más frecuentes lugares comunes habla de la pobreza y subdesarrollo de la región norte de la entidad contra el pujante crecimiento del sur y Los Altos y la dependencia de la Zona Metropolitana, que espera a que los demás trabajen.
Es cierto que la zona norte  adolece de la infraestructura que genere desarrollo económico. También es un hecho que las mayores tasas de pobreza y atraso social están ahí; asimismo es correcto que el estado sigue sumido en un modelo centralista donde Guadalajara y municipios circunvecinos concentran los poderes.
Pero hay factores, como la inseguridad, que están cambiando la forma de distribuir el crecimiento.
La fotografía local demuestra en cuatro grandes demarcaciones y permite un acercamiento a temas tan importantes como el impacto de la violencia en el desarrollo económico.
Se aproximan los tiempos electorales, la pregunta es: ¿en qué se fija más el electorado, en los temas de inseguridad o de la economía?
Las evidencias apuntan a que el gran tema de preocupación será la convergencia de los dos.
Los recientes desencuentros entre las corporaciones policiacas y la delincuencia organizada indican reorientar la estrategia de promoción económica en esa región  históricamente flagelada por la indiferencia de la autoridad.