Por Julio César Hernández
El presidente del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, David Gómez Álvarez, tuvo que trabajar horas extras este fin de semana a fin de convencer a todos los partidos políticos de que firmen el pacto de civilidad por él propuesto y que en muchas ocasiones termina siendo lo mismo que la “carabina de Ambrosio”.
Parece ser que Gómez Álvarez tuvo éxito en su encomienda, pues se ha convocado para hoy lunes a la firma de este pacto, no obstante que el PRI -dicen- era el más reacio a signar este documento, pues lo condicionaba a que el PAN retirara todos los espectaculares que tiene por diversos puntos de la metrópoli, donde destacaba logros de sus administraciones.
“Haiga sido como haiga sido” –dijo el filósofo michoacano-, hoy podremos confirmar si deveras todos los partidos están dispuestos a acatar las líneas de conducta que les marcó el Instituto Electoral, no obstante que existe un nuevo Código Electoral que supervisa de manera más rigorista la actuación de partidos y candidatos desde las precampañas.
En un primer borrador de pacto de civilidad que el Instituto hizo llegar a los partidos políticos, se establecen las fechas y periodos de campaña o prohibición de ellas, así como quien sí y quién no puede realizarlas a partir de que arrancan las precampañas, entiéndase los partidos políticos y/o el gobierno.
Así, se propone que del 22 de enero al dos de marzo, durante las precampañas, tanto los partidos como el gobierno pueden efectuar actos de campaña.
Posteriormente, del tres de marzo al uno de mayo, se abre una tregua entre
campaña, durante la cual sólo el gobierno puede promover sus acciones, en tanto los partidos se comprometerían a no llevar a cabo ninguna.
Luego del dos del mayo al uno de julio, cuando se ponen en ejecución las campañas políticas por los cargos de elección popular en juego, los partidos políticos si tendrían la oportunidad de hacer promociones, en tanto que el gobierno o los gobiernos están impedidos de hacerlo.
Del dos al cuatro de julio, se abriría una nueva tregua previo a la jornada electoral, cuando tanto los partidos como los gobiernos estarían impedidos de hacer campaña, lo mismo que el día de la jornada electoral, el domingo cinco de julio.
Reitero que cuando hay voluntad de actuar y hacer respetar lo que establece puntualmente el nuevo Código Electoral, pero las autoridades electorales tienen una gran debilidad por convocar a estos pactos de civilidad que terminan siendo ociosos porque no falta quién lo rompa o simplemente lo ignore, bajo pretextos que nunca faltan.