Pues Eduardo Rosales Castellanos, presidente estatal del PAN, opinó ya sobre el escándalo que estalló en Tonalá, pero ha sido cauto en sus declaraciones, aunque bien dicen que “al buen entendedor, pocas palabras”, de ahí que sólo es cuestión de que oficialice lo que hoy comenta “entre líneas”.
Esto es, Rosales Castellanos no encuentra otra salida menos dañina para el PAN que la solicitud de licencia del alcalde tonalteca Jorge Vizcarra Mayorga, aunque ha preferido no hablar de la situación del dirigente panista en ese municipio, Ricardo Sigala, quien como secretario general del Ayuntamiento es señalado como presunto autor intelectual del asesinato de Carlos Romo.
Sobre la separación o no de Vizcarra Mayorga como alcalde, quizás todo se trate de ganarle tiempo al tiempo, porque ahora hasta se anuncia que vendrán integrantes del Comité Ejecutivo Nacional a enterarse y analizar la situación que priva en el municipio alfarero.
El martes pasado, entrevistado en el Congreso, Eduardo Rosales reconoció que el PAN está pagando en Tonalá una factura muy cara por las alianzas que Jorge Vizcarra hizo con otros partidos para ganar las elecciones, pero ayer declaró que, por el momento, la decisión de separarse o no del cargo, corresponde única y exclusivamente a una decisión personal del alcalde.
Y es que asegura que en tanto el partido no concluya la investigación que lleva a cabo, no se le puede pedir formal y oficialmente a Vizcarra que solicite licencia.
Sin embargo, en otras declaraciones ha dejado entrever el sentido de la postura oficial del PAN.
Sin ser directo, Rosales Castellanos dijo: “Estamos terminando de hacer todos los análisis antes de tomar una postura definitiva. Lo que si te puedo decir es que nosotros (…), no vamos a solapar ni a pedir que se solape absolutamente a nadie, sea quien sea, sean militantes del PAN o sea de la gente que apoyó la campaña, que venía de otros partidos, particularmente del PRI”.
O esta otra declaración: “Hay una profunda preocupación porque lo que hoy está pasando en Tonalá, de ninguna manera corresponde a la idea de gobierno que nosotros nos imaginamos y prometimos a los tonaltecas”.
En todo este asunto, llama la atención que para el PAN no basta la palabra de Jorge Vizcarra que dice que es inocente, que él no tiene nada que ver en todo este escándalo. Y no es tanto que su partido crea que el alcalde tiene alguna responsabilidad de acción, pero sí quizás de omisión.
O, cuando menos, que él es el responsable de haber hecho las alianzas con otros partidos políticos que hoy han colocado al gobierno municipal y al PAN en Tonalá, en una posición bastante complicada. Y que, por lo tanto, debe pagarlo separándose del cargo.