¿Habrá medido Laura Haro Ramírez el costo político que pagará por haber claudicado ante Jesús Pablo Lemus Navarro, luego de generar toda una movilización femenina con su ofuscación, aspavientos, enojo y gritos durante el debate y posterior a él, cuando se peleó en la rueda de prensa con los reporteros y cuando le reclamó airadamente a la presidenta del Instituto Electoral, Paula Ramírez, a las afueras de la sede del debate? ¿O bien lo vale, aunque se haga el ridículo, con tal de impedir que Morena llegue al gobierno?
“¡Esta es violencia política de género! ¡Tendrán que retirarle la candidatura a Pablo Lemus, por violencia política de género (…)! ¡Yo llamaría a la autoridad electoral a que revisen la actitud de éste misógino permanente, que ha violentado a la candidata del partido Verde y me acaba de violentar a mi…!”, gritó de manera airada Haro Ramírez el sábado durante el debate, cuando Lemus las violentó, mientras la moderadora le hacía ver que no era su tiempo de intervenir.
Minutos después, frente a los reporteros, antes de discutir con ellos, la candidata de Fuerza y Corazón por Jalisco se envalentonó y calificó a Lemus Navarro de ser un “candidato misógino, machista y violentador”. Luego, mostrando un cartel donde se leía el mensaje “Pablo Lemus ¡Te vas!”, reveló que presentaría todas las denuncias y quejas correspondientes, “porque lo decimos de manera clara: Pablo Lemus se va a ir de la contienda”. Y denunció:
“Es sistemática la violencia de género que está cometiendo en contra de las candidatas (…). A mi me parece realmente deplorable (…). Por eso lo digo de manera clara: acudiré a todas las instancias jurisdiccionales, a hacer valer el derecho que tengo para denunciar la violencia que cometió el candidato misógino Pablo Lemus en mi contra. Y hago un llamado a todas las mujeres, a todas las niñas, a todas las jóvenes, que no permitamos, jamás que un violentador acceda al poder; que no permitamos jamás quedarnos calladas; que no permitamos, sea quien sea, que un hombre nos violente, como hoy Pablo Lemus me violentó de manera gra-ve (silabeó).
“Yo estoy convencida en que no podemos quedarnos calladas (…). Y espero que mis compañeras candidatas de todos los partidos, incluyendo las candidatas del partido Movimiento Ciudadano, me acompañen a presentar esta denuncia (…). Así es que lo digo de manera clara y de manera contundente: Pablo Lemus se va a ir de la contienda, y yo me voy a encargar de que a Pablo Lemus se le retire la candidatura por misógino, por violentador, y porque sistemáticamente está agrediendo a las mujeres en esta contienda. Pablo, te vas”, concluyó antes de entrar a la parte de preguntas y respuestas.
“Tres Doritos después”, a Laura Haro se le olvidó todo lo que dijo en Vallarta. Dejó “colgadas” a “todas las mujeres, a todas las niñas, a todas las jóvenes”, a “todas mis compañeras candidatas”, a “las candidatas del partido Movimiento Ciudadano”, quienes seguro se quedaron esperando que las convocara para acompañarla “a presentar esta denuncia” en contra de Pablo Lemus. Como seguro se le olvidó también lo que dijo “de manera clara y contundente” de que “Pablo Lemus se va a ir de la contienda”, y principalmente olvidó que “yo me voy a encargar de que a Pablo Lemus se le retire la candidatura por misógino, por violentador….”.
Ya nada de eso se acordó, cinco días después…
Bastó un encuentro “casual” en la UNIVA con quien acusó de ser “misógino, machista y violentador”, y de quien dijo a las mujeres, niñas y jóvenes que “no dejemos jamás que un violentador acceda al poder”, para cambiar de opinión y coincidir que todo lo sucedido “fue al calor del debate”. Pero el diálogo fue patético porque Lemus Navarro ofreció su disculpa “por cualquier ofensa que yo hubiera podido cometer”, no por “haberte ofendido” o “porque te ofendí”. No, la soberbia del candidato no le permite reconocer que ofendió y violentó a las candidatas por razones de género. O sea, no reconoció que ofendió y no se disculpó porque ofendió a la candidata priista y a su papá, sino que la disculpa fue por algo así como “por lo que ustedes interpretaron” como ofensa.
Y la respuesta de quien advirtió que “yo me voy a encargar de que a Pablo Lemus se le retire la candidatura por misógino, por violentador…”, remató lo patético del diálogo: “Gracias, disculpa aceptada candidato”.
¿Sabrá Laura Haro, no sólo el costo político de su claudicación ante Pablo, sino la decepción que generó en no pocas mujeres de la misma coalición Fuerza y Corazón por Jalisco que le creyeron aquello de que iba en serio, no el quitarle la candidatura a Lemus, sino la lucha en contra de la violencia por razones de género? ¿Está consciente de que su llamado a las mujeres, niñas y jóvenes será tomado como el discurso de una mujer enojada, exaltada, “al calor de un debate”? ¿Reconocerá que con su agradecimiento al candidato y su “disculpa aceptada”, le da la razón a aquellas que la acusaron de “abaratar” el término de “violencia por razón de género”? ¿Acaso todo fue una comedia en este teatro de la política?
Quizás sepa todo lo anterior, pero también quizás está convencida de que todo lo vale, con tal de que Morena no gane en Jalisco.
Una conducta así, lo advertimos tiempo atrás, se veía venir…