Por Julio César Hernández
 
Los diputados panistas que acudieron a la reunión con su dirigente nacional, Germán Martínez Cázares, allá en la bella ciudad de Guanajuato, y que aspiran a un nuevo cargo de elección popular en el 2009, seguramente regresarán con un panorama más claro de lo que les espera en los procesos internos y analizar, entonces, sus posibilidades reales de triunfar en ellos o no.
 
De entrada, a reserva de lo que se defina en la asamblea nacional a llevarse a cabo el próximo 26 de abril, cada entidad definirá el método por el que quiera elegir a sus candidatos y lo cual lo tratarán con una nueva figura que será la Comisión Nacional de Elecciones, órgano que será independiente y que tendrá, entre otras facultades, la de resolver los problemas para designar candidatos.
 
Esta Comisión será la que decida el método de elección interna que a cada entidad convenga y que, hasta ahora, se abre en las siguientes posibilidades: por designación, por encuesta, por consulta abierta a la ciudadanía o por la forma de votación tradicional, o sea a través de delegados.
 
Cabe señalar que con este paso el PAN se estaría “priízando”, y bien valdría que aprendieran en cabeza ajeno eso de la designación de candidatos por métodos como el de las encuestas, que tan dividido dejó a los priístas y que puso en evidencia la enorme manipulación que hubo en este renglón en sus procesos internos previo a los comicios del 2006.
 
¿Cuál será el método por el que se inclinen los panistas jaliscienses? ¿Tendrá que ver con quién controla el Consejo Estatal, entiéndase la dirigencia en la que podría repetir Eduardo Rosales Castellanos?
 
Interesante el caso para no perderlo de vista.