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Por Hugo Luna

La reforma laboral, es la promesa del gobierno federal, quien ha integrado los puntos en común de aproximadamente 332 iniciativas laborales anteriores. En otras palabras, el tema laboral está “sobrecalentado”

Ya sabemos qué hacer al respecto: flexibilizar el mercado laboral, para generar mayores empleos, pero respetando las garantías colectivas e individuales históricas, como la de huelga que contiene el artículo 123 constitucional.

La iniciativa contempla el reconocimiento de medias jornadas, jornadas por horas o jornadas por semanas, que hoy en día se dan en todas partes pero fuera de la ley.

Una posibilidad puede ser el tema de equidad de género, donde se deben reducir las jornadas laborales en periodos de lactancia y, desde luego, ejercer penas fuertes por acoso sexual en el trabajo.

También está contemplado el tema de las huelgas, donde es un derecho indispensable del trabajador, pero tampoco se quieren las huelgas de largo plazo, aquellas que duran años.

La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje jugará un rol fundamental puede dar por terminada la huelga con apego a criterios legales.

Existieron huelga de años que dejaron pasivos laborales y patronales (por ejemplo la textilera del Atemajac del Valle) 

Las empresas también deben poner de su parte, en especial al determinar las áreas de riesgos donde deben cuidar al trabajador y, de no ser así, entonces deberán recibir fuertes sanciones.

Según el reciente dato del Foro Económico Mundial, en cuanto al Estudio de Competitividad, México ocupa el lugar 115 por rigidez laboral.

Si de verdad queremos contribuir a generar los más de 800 mil empleos anuales que necesitamos para introducir a los jóvenes al mercado formal de trabajo, necesitamos modernizar la ley laboral e insertarnos en un entorno de crecimiento económico. Ninguna de esas características las tenemos: ni contamos con una ley laboral moderna ni con un esquema de crecimiento económico.