La relación odio-amor entre el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y el presidente de la Feria Internacional del Libro (FIL), Raúl Padilla López, ha sido cíclica, de altibajos al paso de los años, con la característica de que el odio es cuando se está en el gobierno y el amor cuando se pretende acceder a él, o sea en las campañas políticas en las que terminan llendo de la mano.
Así sucedió en 2009, cuando Alfaro Ramírez y Padilla López se aliaron para que el primero llegara a la presidencia municipal de Tlajomulco; ya en el poder, el entonces alcalde rompió la alianza y lanzó su famosa frase de que “Tlajomulco es territorio libre del yugo de Raúl Padilla López”.
Lo que si no cambia es el discurso de descalificación que en cada ocasión lanza Alfaro contra Padilla. Palabras más, palabras menos, siempre es el mismo. El 23 de febrero cuando se “desprendió” del exrector de la Universidad de Guadalajara, el entonces alcalde de Tlajomulco arremetió en su contra con este discurso: “En las últimas dos décadas, los jaliscienses han sido testigos de los afanes de poder de Raúl Padilla. Su modus operandi ha consistido en intentar cercar y secuestrar varias organizaciones e instituciones públicas locales, incrustando a sus incondicionales en posiciones estratégicas de control político y financiero. Bajo el velo de la promoción cultural y la renovación académica, Padilla López ha construido redes de complicidad para convertirse en factor de decisión de la vida pública de Jalisco”. (El Informador 23/02/2010).
Valga destacar que “bajo ese velo de la promoción cultural”, Alfaro Ramírez ha acompañado a Padilla López a inaugurar diversos eventos culturales de talla nacional e internacional.
El 17 de octubre de 2010, al participar en una manifestación que una corriente de perredistas hizo a su favor afuera de la sede estatal del PRD -avenida Juárez y la calle Pavo-, confesó que pretendía ser candidato a la gubernatura en 2012, “por lo que urge que la izquierda crezca, pero esto no le interesa al PRD de (Antonio) Magallanes -dirigente estatal- y Padilla López, ya que a ellos les sirve que el PRD sea un partido chiquito y marginal, para poder conseguir sus dos diputados y seguir defendiendo los intereses de su grupo”.
En la campaña del 2012 a la gubernatura, durante un debate el candidato del PRI, Jorge Aristóteles Sandoval, señaló que Alfaro ya había pactado con Padilla López, lo que el abanderado emecista negó y, por el contrario, aseguró que el presidente de la FIL, “por desesperación” utilizaron “los recursos de la Universidad para sacar desplegados en contra de nosotros”. (La Jornada Jalisco 12/06/2012).
Pero meses después -como ya lo hemos referido en otras entregas anteriores-, el seis de noviembre de ese 2012, como otro ejemplo de esa relación cíclica amor-odio, Alfaro y Padilla se reunieron en casa de un empresario amigo mutuo. Padilla se acompañó de Enrique Velázquez y Alfaro de Clemente Castañeda. La reunión duro entre 40 y 50 minutos, hubo canapés y quesos, whisky y agua.
Sobre la realización de esta reunión se supo hasta enero del 2013 cuando publicó sobre ella el periódico El Informador, que reveló que Alfaro la confirmó y dijo que “platicamos de muchos temas”, pero subrayó: “Voy a decirlo con todas sus letras: yo, con el señor Padilla, políticamente no voy ni a la esquina, no tengo nada que acordar con él, nada qué construir, pero tampoco tengo un problema personal que se deba convertir en un pleito permanente”
En 2015, tres días antes de asumir el cargo de presidente municipal de Guadalajara y tras reunirse con el entonces rector Tonatiuh Bravo Padilla, Enrique Alfaro olvidó todo lo que antes había despotricado en contra de Padilla López y declaró a los reporteros: “Guadalajara necesita tolerancia y necesita respeto, y en ese sentido con el grupo político de la Universidad de Guadalajara lo que habrá es una relación de esa naturaleza (…). Este será un gobierno de puertas abiertas, un gobierno de diálogo, sobre todo, de respeto a aquellos que piensen distinto a nosotros…”.
Todavía en 2017 Alfaro mantenía un discurso de prudencia sobre Raúl Padilla, pues durante el foro “Ciudadanos Opinan”, realizado en noviembre de ese año, cuestionado sobre si el ex rector aún era un “cacique” como lo señaló años atrás, Alfaro sonrió y contestó: “Raúl es un actor político sin duda, entiendo que yo soy otro también, y cada quien habrá de definir su posición en los próximos días”.
Y pues, efectivamente, ambos definieron su posición: ir en alianza en la elección para gobernador en 2018. Y así, Movimiento Ciudadano postuló candidatos del Grupo Universidad como Tonatiuh Bravo, a quien designó su coordinador en la Cámara de Diputados, y a Mara Robles para el Congreso del Estado, en tanto que con el PRD postuló en alianza a varios candidatos como Enrique Velázquez.
Hoy nuevamente Alfaro se enojó con Padilla, decidió quitarle 140 millones de pesos a la Universidad de Guadalajara para el Museo de Ciencias Ambientales, y desde hace varias semanas ha lanzado severas críticas en su contra sin referirse a él por su nombre, hasta ayer en su visita a lo que será el Instituto de Cancerología, en donde además no tuvo piedad para los padillistas y los llamó “lacayos”, luego de que universitarios realizaron dos marchas hasta Casa Jalisco para entregarle miles de firmas de protesta por la reasignación del millonario monto. Eso lo sacó de sus casillas, y ayer declaró:
“Al señor Raúl Padilla y a sus lacayos de una vez les digo: que la época oscura en la que manipularon a las instituciones, sometieron a los gobiernos, para lucrar, para hacer negocios personales, se acabó en Jalisco. Que pueden patalear, que pueden hacer lo que quieran, pero esa etapa se acabó y no va a regresar (…). Pero a la Universidad de Guadalajara lo único que tenemos que decirle es que la Universidad es mucho más que Raúl Padilla y sus lacayos… ¡es mucho más!”.
Otra vez, como en ocasiones anteriores, el mismo discurso, la misma narrativa estridente de la condena, de la advertencia, de la amenaza, nunca llevada a los hechos. Son las palabras lanzadas en un momento de enojo, de odio, pero luego vendrán las del amor, las de la reconciliación, las de la alianza… ¿con miras al 2024?
Y es que gobiernos van, gobiernos vienen… y Raúl Padilla López sigue al frente del Grupo Universidad, aliado con el gobierno en turno, con una relación de odio-amor que a final de cuentas termina siendo una relación pasajera en tanto llega el nuevo gobernante.
¿O de veras, como dijo el gobernador Enrique Alfaro, esto se acabó?
Al tiempo…