Julio César Hernández
¿Cuál será la preocupación del presidente del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, David Gómez Álvarez, porque el delegado especial del PRI encargado de la presidencia, Rafael González Pimiental, firme el famoso pacto de civilidad?
¿Qué acuerdos, negociaciones o promesas dejó pendiente Javier Guízar Macías que hoy a Gómez Álvarez le urge que los ratifique González Pimienta?
Y es que no encontramos una explicación al llamado que hace el titular del IEPC a los partidos políticos para que vuelvan a ratificar el pacto de no agresión, cuando las campañas políticas están desangeladas, cuando no ha habido motivo que obligue con urgencia una ratificación, cuando la ciudadanía está más preocupada por otros asuntos que por las campañas, los políticos y los partidos y cuando lo que importa es que haya motivación para ir a votar el cinco de julio.
¿O es que David Gómez sabrá algo que nadie sabe y que por ello dice que “es importante que la gente vea la disponibilidad de los partidos políticos de llevar a cabo unas elecciones sin agresiones”?
Si hay un Código Electoral que sanciona las acciones indebidas de partidos y candidatos, cuando ya se firmó en enero pasado un pacto de civilidad al que no ha sido necesario recurrir o recordar, porque no ha habido ni agresiones entre candidatos ni guerra sucia o negativa, ¿qué necedad de convocar a ratificar un pacto de no agresión?
La verdad es que la insistencia de David Gómez en este punto abre sospechas. ¿O no?
19 mayo, 2009