Por Hugo Luna
El anuncio realizado por la Secretaria de Promoción Económica (SEPROE), en el sentido de prolongar un trimestre más los programa de empleo en Guadalajara en función de la disponibilidad de los recursos y no de tiempo, merece realizar una reflexión sobre el nuevo “modus vivendi” laboral.
190 mil jaliscienses diariamente buscan “chamba”. Durante el primer trimestre del presente año se registró el índice más alto de desempleo en el país desde hace nueve años.
No existen estrategias sólidas a nivel federación que motiven a la economía y aminoren el desempleo. En Jalisco aún es peor la situación porque las participaciones federales serán menores. Para el próximo año, la reducción de los recursos a la entidad será de 2 mil millones de pesos.
Los programas de capacitación para el empleo, desde hace más de 20 años, han funcionado como “aspirinas” para abatir el desempleo y que han sido operados por la Secretaría del Trabajo con fondeo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
No se vale que el Gobierno del Estado los anuncie con toda la parafernalia como estrategias emergentes para combatir al desempleo. Emilio González Márquez y su equipo de gobierno los está utilizando como acciones populistas y no son eficientes contra el desempleo.
El tratamiento que les da la SEPROE y los municipios de extracción panista a los programas de empleo puede ser nocivo, porque los beneficiarios formarían parte de la burocracia estatal y como resultado tendríamos una nómina muy obesa.
Lo más sano para las finanzas públicas es que los recursos que provienen de la federación y la recaudación estatal sean invertidos en infraestructura.