Por Julio César Hernández
Independientemente del curso que tuvo el conflicto en
Por un lado trasciende que el director del Siapa, Rodolfo Ocampo Velázquez, al parecer declinó en su aspiración por ser candidato del PAN a la alcaldía de Guadalajara y, por el otro, atestiguamos que bastó una comida en solitario entre el gobernador Emilio González Márquez y el diputado Jorge Salinas Osornio para que las diferencias entre los dos bajaran de tono y permitiera el sacar adelante algunas decisiones que se habían truncado por el pleito interno entre panista, como la aprobación de nuevas plazas para el Ejecutivo.
Y , por último, nos enteramos que en Puerto Vallarta, el ex gobernador y ex secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, confesó sus deseos de ser candidatos a diputado federal por el distrito 10.
¿Deveras Ocampo Velázquez decidió no contender por la candidatura de su partido a la alcaldía tapatía? Se dice que hoy ha puesto su mirada en la presidencia municipal de Zapopan otra vez. Si lo hizo, ¿por qué? ¿a cambio de qué? Hasta hoy, ni él ni nadie de su equipo han desmentido esta versión que en los corrillos panistas se da como cierta. ¿Acaso Ocampo perdió el apoyo del equipo emilista que ya en alguna ocasión lo dejó “colgado de la brocha” y posteriormente volvió a salir en su rescate?
¿Y qué decir del “destape” de Francisco Ramírez Acuña en Vallarta? ¿También hablaron de ello Emilio González y Jorge Salinas, a fin de que no fuera una sorpresa para el titular del Ejecutivo, toda vez que en la reunión de diputados estaría el dirigente nacional Germán Martínez Cázares?
¿Qué implicaciones tendrá para González Márquez el que Ramírez Acuña haga campaña en un distrito metropolitano y no que legue a la diputación por la vía plurinominal? Él sabe, el Gobernador, que en ese tiempo el ex Mandatario acaparará espacios en los medios de comunicación y que seguramente en muchas ocasiones se le cuestionará sobre asuntos de gobierno o internos del PAN?
