Por Julio César Hernández

 

Cuentan que fue el 6 de junio pasado cuando la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, rompió con Carlos Briseño Torres, a quien apenas cuatro meses atrás había calificado de “priista distinguido” y lo había cubierto de quién sabe cuántos calificativos de excelencia, precisamente en la ceremonia en la que Javier Guízar asumió la dirigencia estatal del triocolor.

 

“Beatriz es amiga de Raúl, no de Briseño”, alertaron algunos priistas cuando se les cuestionó por qué la dirigente nacional dejó solo al ex rector universitario.

 

Rememoran que en ese lapso, entre la toma de posesión de Guízar y el rompimiento con Briseño, Paredes Rangel se habría reunido con Raúl Padilla López y se puso al tanto de las pretensiones del entonces rector de la UdeG, de acabar con el Grupo Universidad.

 

Puesta al corriente de los acontecimientos, Beatriz Paredes hizo acto de presencia en Guadalajara para encabezar una serie de eventos con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente. Con este motivo, Paredes y Briseño se encontraron en el acto celebrado en el Centro de la Amistad Internacional.

 

Ahí lo saludó e, inclusive, se sentaron juntos. Pero las cosas ya no fueron igual después. Más tarde, Paredes le mandó decir que no quería que fuera a Chapala, donde estaba previsto el acto principal de la conmemoración con el llamado “Un abrazo por Chapala”.

 

Y, efectivamente, Briseño no asistió y llevó a cabo su propio evento en pro del medio ambiente… en el parque de Los Colomos.