Por Julio César Hernández

 

En poco más de medio año, los panistas jaliscienses se han colocado en la primera posición de juicios interpuestos, a nivel nacional, ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contra decisiones al interior de su partido y que consideran violatorias de sus derechos ciudadanos.

 

En 2007, los panistas del país interpusieron mil 528 quejas ante el Tribunal, según datos a conocer  la semana antepasada por el Grupo Reforma. En los primeros siete meses de este 2008 van 173 juicios, de los cuales el 45.66 por ciento corresponden a casos en Jalisco.

 

Como reflejo de las diferencias que han caracterizado, hoy más que nunca, al panismo de la entidad, los magistrados del Tribunal Electoral han recibido 79 juicios, en tanto que los panistas de Tabasco les siguen con 33 y los de Baja California Sur con sólo diez juicios.

 

El caso más reciente que resolvió el Tribunal Electoral fue el de las presuntas afiliaciones irregulares de panistas activos realizadas en Guadalajara. La queja la presentó el presidente del Comité Municipal, Manuel Romo, en contra del ala paquista-rosalista.

 

Hasta el momento sigue sin entenderse aquello que guanajuatizar al país, como dijo el dirigente nacional del PAN, Germán Martínez Cázares, lo que sí queda claro es que los panistas han decidido judicializar su vida interna al ser el partido político en el país que más juicios tiene ante el Tribunal Electoral, pues frente a los 173 del blanquiazul, los perredistas registran 102 juicios y los priístas apenas 27, en los primeros siete meses de este año.

 

El propio dirigente nacional, al tomar posesión del cargo hace ya casi un año -se recuerda-, refirió que de noviembre del 2006 a septiembre de 2007 se habían presentado ante el Tribunal 884 juicios que significaban un 400 por ciento más que los presentados por los perredistas.

 

En aquella ocasión, Martínez Cázares lanzó un: “¡Y esto se tiene que acabar!” refiriéndose a la judicialización de sus diferencias.

Pero esa advertencia o envalentonada del dirigente nacional no ha valido ni tenido ningún efecto en los panistas de Jalisco para lograr que  “la ropa sucia la laven en casa“.