Por Julio César Hernández
Más que solucionar, el cese y la renuncia de funcionarios en el Ayuntamiento de Tonalá complica más la ya de por sí difícil situación que enfrenta el gobierno que encabeza Jorge Vizcarra Mayorga.
El despido de 20 inspectores, cinco directores, un subdirector y un jefe de área, debe de tener una explicación más que la dada anoche a través de un escueto comunicado de prensa.
Si con estas salidas, Vizcarra Mayorga pretendiò aplicar una “limpia” en la administración municipal, deberá de explicarse por qué razón estos funcionarios empañaban o “ensuciaban” al gobierno tonalteca. O qué responsabilidad tenían todos ellos en las irregularidades detectadas, sino es que hasta en los ilícitos.
Días atrás se había anunciado ya la renuncia del director de Promoción Económica, Javier Fernández Villanueva, quien habría explicado que se dedicaría a sus negocios particulares.
Sin embargo, el (ex)director de Turismo, Héctor González Gómez, quien estaba en la lista de “renunciados” que emitió el Ayuntamiento de Tonalá, declaró posteriormente que él no había renunciado y que aún se mantenía en el cargo, organizando precisamente la Feria del Elote.
Asimismo, el director de Prevención Social, Javier Cervantes Pulido, declaró a un diario local que su renuncia al cargo fue porque buscaría ser candidato a la dirigencia del PAN tonalteca, en sustitución, precisamente de Ricardo Sigala.
¿Por qué se anuncia la renuncia de un director (de Turismo) que horas después, él mismo niega haberlo hecho?
¿Qué pasará si alguno de los cesados considera que su despido fue injustificado y recurre ante las autoridades laborales?
No hay duda. Entre más avanza el tiempo, más se complica el Caso Tonalá.