Por Hugo Luna

 

Después de conocer la propuesta tarifaria para 2009 elaborada por el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), misma que considera cobrar el servicio de dotación del vital líquido al gobierno estatal y municipios adquiere una relativa importancia.

 

¿Por qué? Su entorno financiero es muy frágil, goza de una estructura administrativa y operativa muy obesa; urge una liposucción organizacional. Además su servicio de distribución no es muy eficiente que digamos. El Subsidio de hasta el 72 por ciento para los que menos tienen, pensionados y jubilados que incluye este documento tiene fines “populacheros” para el próximo proceso electoral intermedio que tendremos en la entidad.

 

El SIAPA debe ir más allá de esa simple propuesta, es decir debe de elevar el desempeño en la calidad del servicio que ofrece un organismo operador de agua potable, se puede medir según la eficiencia y efectividad con la que suministra el líquido a todos los usuarios de su población, recolecta y rehabilita las aguas residuales producidas por ellos.

 

El desempeño del SIAPA será mejor si el servicio es continuo en cantidad y calidad de agua, si conoce los elementos que forman su infraestructura, si tiene registros confiables de sus usuarios, si sabe cuanta agua produce y cuánta entrega a los consumidores, si utiliza toda la capacidad de sus unidades de tratamiento, si son atendidas todas las quejas de los usuarios y ellos a su vez pagan el precio del servicio, y si los costos de operación, mantenimiento y administración pueden ser amortizados por el propio organismo operador.

 

Lamentablemente este organismo ha operado bajo dos lógicas; la primera de ellas es que la causa y solución de toda su problemática es el desarrollo de infraestructura y la segunda es emplear ese espacio operador de agua como una agencia de colocaciones para algún político en desgracia o utilizarlo como trampolín para un cargo de elección popular.

 

Dicho de otra manera, prevalece un círculo perverso de baja eficiencia-incapacidad para realizar inversiones-mal servicio. Al largo plazo, frena el desarrollo de infraestructura.