Por Julio César Hernández
 
Guillermo Martínez Mora decidió ir “con todo”, y “hasta donde tope”, por la candidatura del PAN a la alcaldía de Zapopan y  presentó su renuncia al cargo de secretario de Promoción Económica al gobernador Emilio González Márquez.
 
Este paso dado por el empresario es muy arriesgado, pues no tiene garantizado que se convertirá en el abanderado del PAN para suceder a Juan Sánchez Aldana, pues además de que enfrente tiene a dos serios adversarios que son promovidos por grupos fuertes, el que lo impulsa a él -el del gobernador Emilio González- prácticamente es minoría en la ex Villa Maicera.
 
Martínez Mora tendrá que enfrentarse a Bernardo Guzmán, diputado y presidente del comité panista, que impulsa el alcalde Sánchez Aldana, así como a Raúl Alejandro Padilla Orozco, diputado federal y a quien promueve nada menos que el grupo de Francisco Ramírez Acuña.
 
Según los número que hacen al interior del PAN, el grupo de Sánchez Aldana tendría alrededor del 40 por ciento de la militancia con derecho a votar; el de Ramírez Acuña tendría el 30 por ciento, o un poco más, en tanto que el del Mandatario estatal tendría alrededor del 15 por ciento, mientras el resto sería indefinido.
 
Ante este escenario, la salida más viable es una alianza entre dos de los grupos para enfrentar al tercero, y -como bien dice Gilberto Pérez Castillo- es más viable una alianza entre Sánchez Aldana y Ramírez Acuña.
 
Así las cosas, Guillermo Martínez Mora se estaría jugando ahora “el todo por el todo”.