“A partir de diciembre seguramente vendrá otra gran desbandada que es cuando se termina el gobierno del estado, entonces a partir de enero vamos asumir nuestra realidad y construir con base a lo que tengamos en cada municipio, si tenemos 15 militantes, con esos vamos a construir”, declaró el sábado pasado a los medios de comunicación, Mariana Fernández Ramírez, secretaria general del PRI, diputada local y próxima coordinadora de la bancada priista en la siguiente Legislatura.
Tras lo anterior vale preguntarse: ¿Qué le ofrece el PRI a sus militantes que, efectivamente, se quedarán sin trabajo a partir del cinco de diciembre cuando concluye la gestión priista encabezada por Aristóteles Sandoval Díaz? Pero, por otro lado, dos reflexiones más: 1. ¿Quién asegura que los priistas que buscarían trabajar en la administración alfarista lo lograrán? 2. ¿Quién asegura que aquellos priistas que decidan dejar su militancia, lo hacen únicamente porque buscarán integrarse a la nómina emecista del próximo gobierno estatal?
Sin duda que la cúpula priista pierde de vista que no pocas de las renuncias que se registraron, se registran y se registrarán de sus filas no son solamente porque muchos de sus militantes tienen que buscar la forma de ganarse la vida, sino porque políticamente el partido al que pertenecieron ya no les ofrece nada diferente a lo que ha sido su característica y que fue el resultado de su consulta: corrupción, “dedazo”, “amiguismo”, “compadrazgo”…
Pero hay otras renuncias de militantes que se registran discretamente, sin aspavientos. Y en este sentido, la que se desgrana de militantes es el sector campesino, la Liga de Comunidades Agrarias, pues a la salida de su dirigente estatal, Ossiel Omar Niaves López, no han sido pocos los que han decidido abandonar las filas cenecistas y, por lo tanto priistas.
La semana pasada se anunció oficialmente la renuncia de la dirigente estatal de Vanguardia Juvenil Agrarista, Venecia Castañeda, a quien el próximo coordinador de delegaciones del gobierno lópezobradorista, Carlos Lomelí Bolaños, le dió la bienvenida a las filas de Morena. Curiosamente la dirigencia del PRI poco o nada dijo al respecto.
Ahora se conoce que días atrás renunció nada menos que la dirigente de las mujeres cenecistas, Griselda Santillán, como secretaria de Acción Femenil, renuncia que pasó desapercibida, de la que nadie ha hablado, y cuya causa no fue -de acuerdo a la información recabada-, buscar un empleo en el próximo gobierno alfarista o integrarse a las filas morenistas, aunque ya se confirmarán las razones conforme pase el tiempo.
No ha de ser mera anécdota el que renuncien a la CNC las dirigentes de los jóvenes y de las mujeres, algo sucede en el sector campesino jalisciense del PRI como ocurre en todo el partido. ¿Qué dice de lo que sucede al interior de su organización su dirigente, Eliazer Ayala Rodríguez? ¿Qué es lo que ha llevado a que se “desgrane” día a día la Liga de Comunidades Agrarias? ¿Hacia dónde irá lo que alguna vez fue la fortaleza del priismo, conocido como el “voto verde”, y a la que todos los candidatos le apostaban para ganar una elección?
Y lo que es peor: se “desgrana” la organización de la que proceden y que alguna vez encabezaron, el actual delegado del CEN del PRI en Jalisco, Manuel Cota, a nivel nacional, y el hoy presidente del comité estatal priista Ramiro Hernández García.
Al tiempo…