En el carrusel de intervenciones registrado durante la asamblea priista donde se dieron a conocer los resultados de la consulta sobre por qué perdió el PRI en las pasadas elecciones del uno de julio, donde hubo desde mentadas de madre, dimes y diretes, cantantes y nostálgicos, destaca la del dirigente de la CTM, Juan Huerta, quien planteó el sentir de los cetemistas y que deja en claro algunas razones de la derrota priista.

En su intervención -cuya copia se hizo llegar a Marcatextos-, fue puntual al subrayar que “para nadie es desconocido que las verdaderas causas de los resultados electorales del 2018 se debieron al hartazgo de los electores por la situación que todos vivimos y padecemos. Nadie se escapa. Ni el pobre ni el rico, ni el ignorante ni el intelectual, ni el viejo ni el joven… hombres y mujeres, todos por igual”. Y agregó:

“El análisis de las causas que provocaron la inseguridad en el país, el deterioro de la economía, los bajos salarios, pero sobre todo la corrupción e impunidad, tanto a nivel nacional como estatal y en los municipios, tienen tantas explicaciones como el número de implicados”.

Juan Huerta subrayó lo que propios y extraños sabemos: “Un partido político tiene como fin lograr el poder para gobernar en base a la ideología que agrupa a sus militantes, pero ¿qué pasa cuando esa ideología no tiene congruencia con la forma de actuar? El resultado es obvio: esto defrauda a sus militantes que ven que sólo son unos cuantos los que se benefician, olvidando principios, causas y fines”.

El dirigente cetemista reveló ahí lo que sucedió al interior de su organización en las pasadas elecciones y que explican por qué quizás muchos cetemistas no votaron a favor de su partido: “Los compañeros trabajadores no se sentían representados con los candidatos que se eligieron, no se sentían identificados y los sentían ajenos y alejados al partido”.

Y algo más: “El partido en particular no tomó en cuenta a nuestra central obrera y el sector obrero fue lastimado y poco apoyado en el proceso; por ello nuestros agremiados no vieron con quién identificarse en las elecciones y mucho menos vieron a alguien del sector dentro de alguna boleta…”.

Entonces lanzó lo que para muchos fue veladamente una advertencia: “Ahora lo que nos queda aclarar y saber es: ¿cuál es la ruta a seguir? ¿Existe un faro de esperanza para el sector obrero, para caminar con un rumbo fuerte dentro del partido? ¿O es tiempo de renovación y definiciones claras para buscar compromisos con los que realmente aspiran a cumplir con las metas y objetivos en bien de la sociedad y, sobre todo, de la clase obrera?”.

Hizo una llamada de atención: “No cometamos el error de ser sordos y ciegos a este llamado que hace la ciudadanía con su voto…”. Y luego un “jalón de orejas: “En lugar de estar viendo quiénes se van, mejor veamos quiénes se quedan para con ello construir un partido sólido (…). Hemos dejado de abanderar causas y dejado de tener la confianza de la gente; no es la primera vez que sucede… ¡pero sí podría ser la última!”.

¿Así o más clara la posición de la CTM? Al tiempo.