Julio César Hernández
 
No hay duda que los consejeros electorales deben de estar muy atentos en cada uno de sus movimientos para no irse en “falso”, pues todo parece indicar que serán vigilados muy de cerca, prácticamente con lupa.
 
A todo lo que han dado de qué hablar en los últimos días, ahora es el caso del consejero Nauhcatzin Bravo, a quien algunas versiones periodísticas lo acusan de, además de ser integrante del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, mantenerse como catedrático en la Universidad de Guadalajara y, presuntamente, cobrar puntualmente su quincena, lo que tienen prohibido por ley los consejeros.
 
Sin embargo, dentro de una hora Nauhcatzin ofrecerá una rueda de prensa para aclarar esta versión y demostrar que no ha violado la ley, pues si bien continúa como catedrático en la UdeG -está permitido por la ley- y recoge su cheque por este concepto, se asegura que al mismo tiempo lo reintegra a las arcas universitarias y no se beneficia del pago como maestro.
 
O sea que imparte sus clases de manera gratuita, lo cual legalmente está permitido.
 
Lo que pasa, dicen, es que como maestro universitario debe estar en activo para mantener los estímulos de profesor PROMED, un status que tienen aquellos catedráticos con nivel de maestría y otros grados académicos, que perdería si solicita licencia o renuncia a seguir impartiendo sus clases.
 
Así las cosas, todo parece indicar que en este renglón el consejero Nauhcatzin Bravo no tiene problemas.