Por Julio César Hernández
 
No hay duda que en aquel viaje a Nueva Zelanda, el gobernador Emilio González Márquez y el diputado Jorge Salinas Osornio tuvieron tiempo de llegar a acuerdos que hoy vemos concretándose, de asuntos en los que anteriormente tenían opiniones encontradas.
 
Primero fue el vuelco sorpresivo a la petición del Ejecutivo de ampliarle la contratación de nuevas plazas, a la que inicialmente se había opuesto Salinas Osornio. Después de ese viaje, el Congreso del estado aprobó la apertura de esas nuevas plazas, si mayores problemas.
 
Después llegó la aprobación del presupuesto y del endeudamientos planteados por el Ejecutivo, no obstante la oposición de los diputados del PRI y el condicionamiento de los perredistas, quienes finalmente cedieron quién sabe por qué extrañas razones.
 
Y ahora resulta que los panistas le aprobaron a González Márquez su deseo de rendir informes cuatrimestrales, no obstante que desde que el Gobernador propuesto esta modalidad, Jorge Salinas la cuestionó y prácticamente la rechazó. Después del viaje, también de manera extraña el diputado cambió de opinión.
 
Dicen, vaya usted a saber si es cierto, que en aquel viaje, Salinas Osornio le aseguró a Emilio González que le aprobarían el presupuesto y la deuda -seguramente también entró en el paquete la aprobación de nuevas plazas y lo de los informes cuatrimestrales-, a cambio de que su equipo no obtendría candidatura alguna -queremos creer que de las importantes- para los comicios del 2009.
 
Esto último se nos hace difícil de creer, pero ya habrá tiempo para confirmar si fue cierto o no, pues en Zapopan, los seguidores de Guillermo Martínez Mora aseguran que tienen todo el respaldo de González Márquez y están seguros que ganarán la contienda interna.
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