En nuestra entrega de anteayer martes 18, titulada “UdeG: ¿Señales de paz, de tregua o de rendición?”, comenté y plantee las siguientes preguntas al referir la visita que el Domingo de Ramos, cuando falleció Raúl Padilla López, hizo a Casa Jalisco el rector general Ricardo Villanueva Lomelí. Referí:
“Uno o dos días después comenzaron a retirarse las mantas que en contra de Alfaro Ramírez y en las que se demandaba respetar la autonomía universitaria, colgaban del edificio administrativo y la Rectoría General -Av. Juárez y Av. Enrique Díaz de León-, y en los días siguientes las que estaban colocadas en otros edificios universitarios. Incluso, el enorme mural de protesta y reclamo de los 140 millones de pesos que destacaba en donde será el Museo de Ciencias Ambientales fue despintado.
“El retiro de estas mantas y de las pintas en contra del gobernador, ¿fueron por acuerdo entre Alfaro y Villanueva? Si lo fue, ¿a cambio de qué o no tenían ya razón de mantenerse tras la muerte del líder político? Si no lo fue, ¿por qué tras la muerte de Padilla López se retiraron? ¿Señal de qué? ¿De rendición? ¿Un “guiño” a Casa Jalisco, aún antes del intercambio de “Cartas Abiertas”? ¿Acaso el retirarlas modifica la postura del gobernador en contra de la UdeG que mantuvo a partir del retiro de los 140 millones de pesos, pese a que en su “Carta Abierta” condiciona el diálogo? ¿O fue instrucción del finado Padilla López?
“Nadie en la Universidad de Guadalajara ha dado explicación alguna del retiro de dichas mantas y la despintada del muro en el Centro Cultural, apenas fallecido Padilla López, y todo ha quedado en la creencia de que es un gesto de buena fe de las autoridades universitarias…”.
Ayer, el rector Villanueva Lomelí respondió a nuestros cuestionamientos.
La periodista Elsa Martha Gutiérrez, de MVS Radio, reveló en sus redes sociales que el rector Villanueva Lomelí “reconoció que ordenó retirar lonas y despintar bardas que tenían en contra @EnriqueAlfaroR para bajarle -según dijo- al estrés político e ir a una mesa con @GobiernoJalisco”.
Agregó que sobre el posible encuentro entre él y el gobernador “no hay fecha, pero mientras se concreta este acercamiento, tampoco habrá marchas a Casa Jalisco”, habría dicho el rector general.
Y a ese gesto respondió ya el Ejecutivo estatal al enviar ayer al secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, al informe de César Barba, director del Sistema Estatal de Educación Media Superior (SEMS), y autorizar la presencia de la contralora del Estado, Teres Brito, en el informe de Gustavo Padilla, rector del CUCEA. Sin embargo, contrario a lo que hacen cuando asisten a otros eventos, ni Ibarra ni Brito dejaron huella de su asistencia a estos informes en sus redes sociales. Seguro esa fue la instrucción recibida. Pero la fotografía que acompaña a este texto -compartida en sus redes por Barba y el SEMS, da testimonio de ello.
Podría decir que también el Ejecutivo autorizó la presencia del presidente del Poder Judicial, Daniel Espinosa Licón, considerando que, al igual que el Legislativo, este tipo de acciones no las hacen sin la venia de quien despacha en Palacio de Gobierno, pero mejor lo dejo a la consideración de los lectores.
Habrá quien crea que tras el fallecimiento de Raúl Padilla López, lo que suceda después en la Universidad de Guadalajara debe ser considerado como hechos que no merecen la atención ni el análisis, y mucho menos lo que suceda en su relación con el gobierno del Estado hasta en tanto no se sienten a dialogar de manera oficial el gobernador del Estado y las autoridades universitarias, encabezadas por el Rector General. O sea, que cosas como el retiro de mantas y la despintada de bardas en las que se reclamaba a Alfaro Ramírez no sólo el regreso de los 140 millones de pesos sino el respeto a la autonomía universitaria -tantas veces demandada en arengas desde la plaza públicas, llegando incluso a “desgarrarse las vestiduras”-, deben pasar al cajón del olvido, al de “borrón y cuenta nueva”, sólo por poner un ejemplo que para mí tiene un gran significado de fondo.
Pero creo que es todo lo contrario. Para entender en qué condiciones llegan las partes a la mesa del diálogo, de las negociaciones y de la concertación, es importante registrar y analizar lo que ha sucedido a partir del mismo día de la muerte de Padilla López y hasta en tanto llegue el momento del encuentro tan esperado, y en algunas partes exigido, entre el Gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara, que definirá, de alguna manera, la postura que asuma posteriormente el Grupo Universidad.
Por eso aquí en Marcatextos seguimos al pendiente de lo que suceda en torno a este tema, que no es cosa menor y que tiene consecuencias políticas inimaginables.
Insisto: Este encuentro entre el gobernador Alfaro y el rector Villanueva -ya se sabrá si lo hacen solos o acompañados, el primero de miembros de su gabinete, y el segundo del Consejo de Rectores o del Consejo General Universitario-, tendrá más un carácter político que académico, al igual que los acuerdos, las resoluciones y lo que suceda después. Lo académico terminará siendo, seguramente, consecuencia de lo político.
Por eso resulta importante la respuesta que ayer el rector Villanueva dio respecto al retiro de mantas y borrado de bardas, respuesta que, a su vez, obliga plantear otras preguntas: Ordenar el retiro y la despintada, ¿fue por iniciativa propia o una instrucción dejada por el ex rector? Porque si fue lo primero, habrá que ver entonces si su colocación y pinta obedecían a una orden de Padilla López con la que quizás entonces no estaba de acuerdo Villanueva, y dejaría ver, por tanto, que exigir respeto a la autonomía universitario no era una demanda auténtica sino un pretexto para “pegarle” al Mandatario estatal.
Pero si fue lo segundo, entonces se entiende y lo interpretaríamos como el deseo del finado ex rector de no heredarle a las autoridades universitarias un problema del que él era la causa -como muchas veces lo afirmó el gobernador-, y despejarles el camino para que, con su ausencia, se abra el diálogo y el entendimiento con las autoridades estatales y se cierre así una más de las difíciles etapas que ha registrado la Universidad de Guadalajara en su historia de enfrentamientos con el gobierno estatal en turno.
Al tiempo…