El martes, frente a los reporteros de la “fuente”, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez advirtió: “Voy a ir al Consejo de Seguridad (ayer miércoles), voy a levantar la voz, voy a decir lo que pienso, lo va hacer además un gobernador que creo que he dejado mi manifiesto de coordinarme con la federación”.
Ayer, frente al presidente Andrés Manuel López Obrador; el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, y demás gobernadores del país, Alfaro Ramírez guardó silencio, nunca pudo “levantar la voz” como lo advirtió aquí, ni dijo lo que pensaba. Se quedó en silencio. La fotografía que compartió ayer en su cuenta de Twitter (y que acompaña este texto) habla por sí sola: junto a Cuauthémoc Blanco, aparece tapándose la boca.
En su cuenta en Twitter, junto a la fotografía aludida, el gobernador escribió: “En la sesión ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública en la Ciudad de México, para defender los intereses de Jalisco y también para dar todo nuestro respaldo en el titánico reto de regresar la paz y la tranquilidad a nuestro país”.
Ni una cosa ni otra tuvo la oportunidad de hacerlo de viva voz.
Y es que la agenda del día de dicha sesión, no consideró la intervención de los gobernadores, salvo la del mandatario de Querétaro, Francisco Domínguez, en su calidad de presidente de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) y a nombre de sus compañeros. Nadie más. El equipo de López Obrador “enfrió” a Alfaro y a cualquier otro gobernador -como cualquiera de los panistas- que tuviera intenciones de “levantar la voz” y de decir lo que pensaban. Al menos no quedó asentado en la versión estenográfica del gobierno federal.
Además de Durazo Montaño y del gobernador Domínguez, también hicieron uso de la voz la presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, y el presidente de la asociación civil México SOS, Alejandro Martí García. El último en hacer uso de la palabra fue el presidente López Obrador, quien clausuró la sesión de las 11:48 horas.