El que hayan corrido ya cinco meses del gobierno de Emilio González Márquez y no se hubiese instalado la Mesa de Diálogo entre panistas, no es sino otra consecuencia más de las diferencias y desencuentros que existe entre los grupos del Gobernador y el del Comité Estatal, que encabeza Eduardo Rosales Castellanos.
Según se recuerda, esta Mesa se instaló con Alberto Cárdenas Jiménez, con Francisco Ramírez Acuña y hasta en el interinato de Gerardo Octavio Solís Gómez, pero hasta ahora no con González Márquez.
Hoy es posible que se concrete, tras la pasada sesión del Consejo Estatal del PAN, realizada el viernes por la noche. Y mire que no fue fácil que se acordara su instalación, pues había resistencia por parte de los dos bandos. Finalmente se aprobó que fueran convocados a ella el Mandatario estatal; el coordinador de la bancada en el Congreso del Estado, Jorge Salinas Osornio; el presidente de la Asociación de Alcaldes del PAN, el edil de Tlaquepaque, Hernán Cortés Berumen; y la dirigencia del partido.
Como era de esperarse, la sesión del Consejo Estatal se llevó a cabo en medio de un ambiente álgido y tenso en donde el debate se centró en reproches a Rosales Castellanos por parte de la gente de González Márquez (Miguel Raygoza, Luis Reyes y Alejandro Madrigal, entre otros) y al Gobernador por parte del bando contrario (Rafael Sánchez Pérez, Rafael Ríos, José Luis Treviño y Arturo Gutiérrez Tejeda, entre otros).
Y si de derrotados o perdedores podemos hablar en esta sesión, apunte en este rubro a los emilistas, que no lograron que los consejeros hicieran suya y aprobaran la carta que el Gobernador les envió y en el que les pedía que instruyeran a sus diputados a aprobar su propuesta de reforma a la Ley de Transparencia y un nuevo órgano de Fiscalización, así como se transparentara, sin pretexto, los recursos que reciben como fracción parlamentaria.
Los consejeros del bando contrario del Mandatario lograron imponerse y las peticiones del texto no se aprobaron, con el argumento de que instalándose la Mesa de Diálogo ahí se deberían de plantear, discutir y llegar a un acuerdo en torno a las propuestas de González Márquez.
Ahí también se llegó a un acuerdo que, la verdad, les costará mucho esfuerzo cumplir y no dudamos que simplemente no lo acatarán: el que sus diferencias ya no se diriman en los medios de comunicación.
¿Cuántas veces hemos escuchado este propósito en boca de los panistas? ¿Y cuántas veces ha quedado en meras buenas intenciones?
No dude que bien apenas se conoce de estos acuerdos cuando integrantes de uno y otro grupo estarán enviando “dardos” a sus adversarios a través de la radio, prensa o televisión, sin contar, por supuesto, los “trascendidos” y “filtraciones”, que se han convertido en “el PAN nuestro de cada día” –mayúsculas por aquello de que los panistas los han tomado como sus herramientas preferidas para “golpearse”-.
Y si no lo cree, pronto nos referiremos a ellos, pues creemos muy difícil que los contrincantes puedan resistirse a la tentación de recurrir a los medios para darse “zancadillas”.