Y la historia se repite…
En 2007, primero, y en 2009, después, el joven político Enrique Alfaro Ramírez -que unos años antes había renunciado a su militancia en el Partido Revolucionario Institucional- se refugió, de la mano de su mentor Enrique Ibarra Pedroza -hoy secretario general de Gobierno- bajo la sombra del Grupo Universidad y de su líder político, Raúl Padilla López, para ser diputado local plurinominal de la LVIII Legislatura y luego presidente municipal de Tlajomulco.
Pocos meses después de haber asumido la alcaldía, Alfaro Ramírez rompió su alianza con Padilla López de manera nada tersa. El 22 de febrero de 2010, en una rueda de prensa, dijo: “En las últimas dos décadas, los jaliscienses han sido testigos de los afanes de poder de Raúl Padilla López; su modus operandi ha consistido en cercar y secuestrar varias organizaciones e instituciones públicas locales, incrustando a sus incondicionales en posiciones estratégicas de control político y financiero…”.
Y entonces declaró a Tlajomulco, “territorio libre de Raúl Padilla López”.
Transcurrieron seis años para que nuevamente Alfaro Ramírez, siendo presidente municipal de Guadalajara, y Padilla López se hicieran un “guiño” de complicidad, luego de que la Universidad de Guadalajara entró en un franco conflicto con el finado gobernador Jorge Aristóteles Sandoval a cuyo gobierno acusaban de regatear y retrasar la entrega de recursos públicos para el Hospital Civil.
Sabedores de que en política lo que prevalecen son los intereses personales y de grupo, y olvidando cualquier afrenta y ofensas que se hubiesen intercambiado años atrás, ese nuevo “coqueteo” entre ambos se concretó poco después cuando Enrique Alfaro nuevamente se refugió bajo la sombra de Padilla López y el Grupo Universidad para alcanzar la gubernatura de Jalisco.
Al igual que en 2009, y olvidando sus palabras de que Padilla López incrustaba a sus incondicionales en posiciones estratégicas, en 2018 -hace apenas cuatro años- Alfaro le otorgó al Grupo Universidad diputaciones federales para el ex rector Tonatihu Bravo Padilla, a quien hizo coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados, y para Abril Alcalá Padilla, en alianza con el PRD; y espacios en el Congreso del Estado para los hoy diputados del partido Hagamos, Mara Robles Villaseñor y Enrique Velázquez, también de la mano del PRD.
Ni en 2009 ni en 2018 el gobernador Enrique Alfaro y su partido Movimiento Ciudadano criticaron o cuestionaron el origen de los recursos económicos y materiales que el Grupo Universidad destinaba para apoyarlo en sus dos campañas y las de sus candidatos impulsados por MC. En ese entonces, en ninguna de las dos ocasiones criticaron y cuestionaron los “negocios” del Grupo Universidad; por el contrario, muchos de los emecistas que hoy son sus detractores han sido privilegiados para asistir a conciertos en el Auditorio Telmex o el Teatro Diana, y ahora en el Complejo Cultural Belenes y en la Feria Internacional del Libro. Ahí está para la historia, incluso, la defensa que el gobernador hizo de la FIL, frente a Padilla López, ante los ataques que a la feria y a su presidente hizo López Obrador.
Sin embargo, hoy parece que en lo que resta de la actual administración estatal no habrá reconciliación entre Enrique Alfaro y Raúl Padilla. A diferencia del 2009, las rencillas y la agresión verbal han llegado demasiado lejos y, además, hoy el Grupo Universidad tiene otro aliado a quien ya le hizo el “guiño” -como en su momento se lo hizo al gobernador-, y le dio resultado: la 4T.
Pero el discurso alfarista sigue siendo el mismo del 2009. Ayer declaró: “Creo que hoy el mensaje es muy claro, es muy sencillo, ojalá y se entienda; lo digo con toda contundencia: Para Raúl Padilla ya se le acabó su veinte, ya no va a seguir Raúl Padilla mangoneando este Estado”.
¿Le creemos? Al menos es posible que eso suceda hasta el 5 de diciembre del 2024… o antes.
Y si no, al tiempo…