Todos los gobernantes tienen límites y alcances, así como tiempos de guerra y tiempos de tregua. Saber entenderlos marcará el resultado de sus futuros.
Nuestro aislamiento voluntario está por terminar, se confió en que detrás de ese mensaje había una gran estrategia que iba más allá de haber tomado una decisión con base a un análisis de investigación de datos de la evolución del virus en China.
Días antes del primer mensaje del Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, The New England Journal of Medicine dio a conocer los resultados de un comparativo entre varios análisis de muestras de infectados del COVID-19, tanto del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE UU, Datos de epidemiólogos de Norwich Medical School de Inglaterra, como de un estudio del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas de Singapur y uno más de la Universidad de Wuhan, China. Y nos deja muy claro que es un virus tan complejo que todos los estudios demuestran que el comportamiento es sumamente impredecible, que los resultados son distintos en cada una de muestras analizadas por diferentes especialistas en el mundo y que no existe solución aún.
Para el mandatario estatal era necesario tomar decisiones, pero le siguen calentando la cabeza sus cercanos:
Sabemos, desde hace más de 12 años, que es un buen vendedor esperanza y eso ha sido parte de su éxito en la contienda política. Mas se ha vuelto tan predecible para todos que en este momento de incertidumbre que vivimos fue un error tener un mensaje donde busca enfrentar a dos adversarios al mismo tiempo. Uno el COVID-19 y otro el Presidente de la República; dos adversarios que están por mucho por encima de sus alcances.
El primero no respeta lugares, no lo ha doblado ni el dinero ni el poder político mundial, y el segundo le tiene tomada la medida.
Contra el primero, a pesar de su mensaje de acciones preventivas, hoy en Jalisco amanecimos siendo el tercer estado con más infectados registrados en el país.
Si analizamos el caso de éxito de Corea de Sur que tanto menciona, y que al parecer poco conoce, descubriremos que Enrique Alfaro tomó una mala decisión, sin estrategia y que los tiempos le fallaron. Si en realidad estuviera enterado a fondo de los casos de éxito (y fracaso) en otros países, sabría que debieron aprovechar los primeros días de aislamiento para detectar a infectados con pruebas rápidas tanto en casas, hoteles, puertos y en autos con los laboratorios móviles denominados McAuto surcoreanos para hacer un segundo aislamiento en lugares especiales y la fuerza del Estado haciendo aislamiento en las zonas de alto riesgo ya localizadas para lograr el objetivo de prevenir y bloquear los contagios.
Esto deja en evidencia que en el Gobierno de Jalisco se dieron cuenta muy tarde que debieron tener las pruebas rápidas antes de solicitar el aislamiento y es ahí donde estará la diferencia de no lograr el objetivo.
Pero es imposible para cualquier gobierno del mundo, tener de un día para otro pruebas de detección, ya que es uno de los productos más demandado por todo el mundo. No considerar eso es otro error de la planeación alfarista.
Así que probablemente después de estos errores, podrían existir muchos infectados en sus casas sin saber que lo están, porque los síntomas pueden tardar incluso más de cinco días en manifestarse, así que saldremos al cabo del sexto día y de manera natural aumentará la curva de contagio del Coronavirus.
Del segundo adversario, el Presidente de la República, era innecesario recalcar la negligencia presidencial, esa todos la vemos y la sentimos. Lo único que logró es generar más incertidumbre en los jaliscienses, ya que es evidente que esta lucha la tenemos que enfrentar juntos, unidos y coordinados: Gobernador, Presidente y los todos jaliscienses. Ojalá quienes muevan los hilos de esta afrenta, logren entender que lo que está en juego en esta guerra son nuestras vidas, y que sus grandes egos y ambiciones personales pueden esperar.
Es increíble que los cercanos al Gobernador no vean que la batalla que se avecina es de largo plazo, no entre gobernantes y que no se gana mostrando valentía ante las cámaras, si han logrado lo que riesgosamente buscaron y es ganar el Showtime antes de la pelea y tener al público y las apuestas a su favor ya que la batalla será en su arena y con su gente , pero Contra el COVID-19 ya es evidente que ningún gobernante tiene la solución absoluta y que no hay dinero ni poder que lo esté venciendo, ni valentía que lo detenga.
Algo que sí da tranquilidad es que el Gobernador Enrique Alfaro haya tomado la decisión de apoyarse en la experiencia y profesionalismo del doctor Jaime Andrade Villanueva, médico altamente capacitado y actual director general de los Hospitales Civiles de Guadalajara, y hacer a un lado al Secretario de Salud, Fernando Petersen Aranguren, que nos ha demostrado en reiteradas ocasiones que no tiene la más mínima capacidad de afrontar el reto que se viene y para prueba sólo basta lo sucedido con el tema del dengue en Jalisco.