Por Hugo Luna

Luego de la fugaz reaparición del grupo guerrillero denominado Ejército Popular Revolucionario (EPR), ni la Bolsa Mexicana de Valores, ni en las tasas de interés, ni en el tipo de cambio hubo daños por los atentados. En contraparte, los perjudicados fueron los industriales locales que reportaron pérdidas por 40 millones de pesos.

Hay que señalar que el gobierno federal ha mostrado impericia y algo que empieza a ser constante en la actual administración: no saben responder a las situaciones de crisis y, la falta de estrategia en los asesores del Presidente, los hace aparecer, en momentos complicados, desordenados y torpes.

Además de su forma de comunicar ineficiente, los atentados los conocimos por el EPR, a través de un comunicado titulado “La verdad sobre las explosiones” ya que hasta ese momento todos creíamos que se trataba de un problema de mantenimiento de los ductos.

Pemex salió a informar con un brevísimo boletín de prensa, porque no tenía los resultados de la averiguación previa de la PGR. La Presidencia intentó tranquilizar las aguas con un escueto comunicado del ahora vocero presidencial, Max Cortázar.

Pero ni la secretaria de Gobernación (SEGOB), ni la Procuraduría General de la República (PGR) avisaron algo. Se generaron vacíos informativos que no pueden darse el lujo de dejarlos pasar al tratarse de Pemex, la empresa que genera la tercera parte de los ingresos públicos del país y, sobre todo, que surte a toda la planta productiva.

La dirección de la empresa paraestatal encontró la solución para restablecer el suministro, con la creación de puentes o by-passes para unir los ductos. Estiman tener el abasto total hoy viernes.

El último ducto averiado fue en Querétaro y el suministro perjudicado fue de 300 millones de pies cúbicos diarios, de un total de seis mil millones de pies cúbicos que se suministran en todo el país.

Jalisco vive los estragos de sabotaje de parte del EPR a los ductos de PEMEX ubicados en Celaya, Salamanca, Valle de Santiago, Guanajuato y en la válvula de seccionamiento de Coroneo. Empresas locales como Hilasal perdió 1.5 mdp, Grupo Vitro 800 mil dólares estos grupos se encuentran asentado en el corredor industrial de El Salto.

Los del EPR no originaron caos en la economía mexicana. Pero sí provocaron pérdidas en empresas que generan empleos y, eso, al fin y al cabo, perturba el clima laboral.

En el corto plazo, estos eventos coyunturales generan incertidumbre y al final la incertidumbre se traduce en movimientos de inversiones. Que no cause extrañeza enterarnos que los actores económicos de la región y del país asuman alguna acción preventiva ante la incertidumbre.