Alfonso Javier Márquez

¿Será que los del PRI le van a entrar a la modernidad?, ¿será que perdieron sus principios de lo que por décadas llamaron “hombres bien nacidos?”, ¿o simplemente será que hay algunos de los políticos ganadores de los procesos internos que se decidieron a competir en igualdad de condicione contra los candidatos de Acción Nacional?.

Quien sabe. Lo cierto es que se ven signos de que las cosas están cambiando al interior del tricolor después de 14 años de haber sido arrojado del poder por el coto ciudadano. Por lo menos de haber sido sacado de las posiciones mas importantes de la entidad, comenzando por la de gobernador.

Y es que hoy, tanto el periodista, Julio César Hernández, (algunas líneas abajo), como el columnista, Pedro Mellado, en el periódico Mural hacen una referencia a lo que se está trabajando en cuestión de imagen a los candidatos y un sitio en el Comité Estatal del PRI donde se les da su “manita de gato”.

Hasta el último proceso electoral, donde me tocó participar dentro de un equipo de campaña, los políticos del PRI eran perfectamente distinguibles de los del PAN, entre otras cosas por indisciplinados, por que no aceptaban que los capacitaran, porque no aceptaban que les ayudaran con la imagen y como consecuencia de todo esto, por creer que se las saben de todas, todas. Aun los políticos novatos en esta actividad, como Arturo Zamora, llega un momento que se la creyeron y no escucharon a nadie mas que a su conciencia.

Y si bien comparto con mi amigo Gilberto Pérez Castillo que el color de la corbata no puede alternar el resultado de la elección, ni tampoco la gente elige a un candidato por ser bonito o guerito, la imagen personal ciertamente contribuye, como uno más de los elementos que conforman la comunicación del aspirante con sus electores para lograr acuerdos comunes que resultan en votos favorables.

Lo más importante, independientemente de que les estén cortando el pelo de tal o cual manera, es que se nota un cambio de actitud institucional en el PRI Jalisco. Habrá que ver si cambian sus estrategias de voto corporativo, por las del convencimiento a través de los métodos alternativos modernos como el Internet; si dejan los mítines multitudinarios que no convencen a nadie por estrategias de mayor impacto, pensadas en hacer blanco en la inteligencia de los electores, y si logran volver a hacer “clic” con la sociedad a la que abandonaron mucho antes de que los echaran del poder y que hoy por hoy está desencantada con las nuevas tropelías, ahora del partido en el gobierno.