Julio César Hernández
 
Cualquiera que vea la fotografía que el periódico Mural publicó en la parte inferior de la portada de la sección Comunidad, en su edición de hoy, tendrá razón en creer que en algún salón de belleza o “estética” -como se les llama ahora- tienen extrañamente la fotografía de quien fuera secretario de Estado, don Javier García Paniagua.
 
Pero no. No es una “estética” ni salón de belleza. Es algún salón del edificio del Partido Revolucionario Institucional, en Calzada del Campesino 222, que fue habilitado precisamente como “estética” para que los candidatos fueran sometidos a una “ayudadita” que les permitiera salir mejor en la fotografía que les tomarían para la propaganda.
 
Pero, ¿ese es el lugar que merece el único jalisciense que ha sido dirigente nacional del Revolucionario Institucional? ¿Es ese el lugar, en el piso y recargado en la pared, donde debe de estar el último jalisciense priista que estuvo a un paso de convertirse en presidente de la República?
 
Recordamos que esa fotografía estaba colocada en una de las paredes de la presidencia durante la gestión de Javier Galván Guerrero, a quien se le consideraba uno de los jóvenes políticos de ese grupo, pero al parecer Javier Guízar decidió quitarla y dejarla ahí, quizás como decoración de la nueva “estética” tricolor.